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Barbate

Inquilino peligroso

Uno de ellos es un minúsculo artrópodo, pero potencialmente peligroso si no se toman las medidas preventivas adecuadas

Publicado: 13/07/2025 ·
09:43
· Actualizado: 13/07/2025 · 09:44
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  • Garrapata. -

En esta época calurosa, muchas personas, tratando de evitar el bullicio de las concurridas playas, buscan descanso y tranquilidad en la montaña o en el campo, alejándose de las aglomeraciones. El contacto con estos lugares puede resultar beneficioso a nivel físico y mental. Las caminatas campestres revierten el estrés y la inquietud de la frenética vida diaria y proporcionan tranquilidad sin necesidad de viajar a las montañas tibetanas.

Si su elección para este verano es la de sumergirse en la vegetación, o quizás alternar baños en la playa del Carmen con rutas esporádicas por la Breña, es importante que tome una serie de precauciones para obtener exclusivamente salud y bienestar de sus inmersiones en el bosque. La naturaleza es el hogar de otros seres vivos, en muchas ocasiones más adaptados a ella, a los que debemos evitar en la medida de lo posible.

Uno de ellos es un minúsculo artrópodo, pero potencialmente peligroso si no se toman las medidas preventivas adecuadas. Me refiero a la que se conoce coloquialmente como “la garrapata”. Al margen de lo desagradable que pueda resultarle encontrar a este inoportuno huésped en su piel, es importante que conozca la infección que puede transmitirle, para tomar conciencia de ello. Es la llamada enfermedad de Lyme. Esta dolencia se desarrolla en tres etapas:

1. Fase localizada temprana. A los días o semanas después de la picadura aparece el “eritema migrans”, en el mismo lugar donde se encontraba la garrapata. Es una erupción rojiza, que se expande en la piel, de aproximadamente 5 cm de diámetro. Puede acompañarse de dolor leve de cabeza, muscular o de las articulaciones.

2. Fase diseminada temprana. A las semanas o meses después de la infección inicial, lo típico es que aparezcan otros eritemas en distintas zonas del cuerpo, asociados a veces con otros síntomas más graves como meningitis, parálisis facial y problemas del ritmo del corazón.

3. Fase diseminada tardía. Meses o años después del contacto inicial, si no se ha tratado la infección. En esta etapa, lo más característico es la “artritis de Lyme”, con daño importante en las grandes articulaciones, como las rodillas.

Pero aunque esta descripción de síntomas de la enfermedad pueda haberle sugestionado y generado cierto recelo al paseo campestre, existen recomendaciones para poder disfrutar con seguridad de esta actividad. Evite las zonas de densa vegetación y de paso de animales. Utilice ropa larga, botas y calcetines altos. Rocíese las piernas y brazos con repelentes específicos. Y sobre todo, al llegar a casa o a su lugar de descanso, revise su cuerpo. Es quizás lo más importante, ya que, para que la garrapata le transmita la infección, necesita estar fijada a su piel al menos 36-48 horas.

Por ello, si al examinarse durante la reconfortante ducha nota que lleva consigo uno de estos molestos inquilinos, quíteselo con unas pinzas finas, sujetándola lo más cerca posible de la piel y tirando suavemente hacia arriba con una presión constante. No aplique productos químicos, vaselina, alcohol ni otros remedios caseros, que además pueden aumentar el riesgo de contagio.

Aunque existen tratamientos antibióticos para tratar la enfermedad una vez presente, la prevención siempre es lo más eficaz. Porque, aunque usted esté de buen ver… no debería dejar que nadie que no quiera le “hinque el diente”.

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