La Junta de Andalucía ha emitido un dictamen ambiental en el que declara "incompatible" con los usos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería) el proyecto presentado para construir un hotel rural de dos estrellas en el paraje de Los Ricardillos, junto al acceso a la cala de San Pedro, en la zona de Las Negras de Níjar.
Se trata de la segunda negativa en términos de compatibilidad medioambiental con la zona que emite la Administración andaluza en relación a este proyecto, para el que el promotor propuso un cambio de ubicación después de que en 2018 la Junta ya avisara que de la construcción del complejo rural en este espacio tendría "importantes afecciones ambientales y paisajísticas".
El último dictamen emitido el pasado 2 de julio, consultado por Europa Press, indica el hotel proyectado por uno de los propietarios del maltrecho castillo de San Pedro, en la cala homónima, incumple varios artículos de plan de ordenación de recursos naturales (PORN) de Cabo de Gata así como del plan rector de uso y gestión (PRUG) que hacen "inviable" la propuesta ya alegada en su día por 'Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata' y Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM).
En concreto, el dictamen de la Junta incide en que la iniciativa turística propuesta por el promotor, basada en un inmueble de nueva planta a unos 300 metros del actual cortijo con once habitaciones y piscina en suelo no urbanizable, "no se encuentra vinculada a edificaciones existentes a través de su rehabilitación o acondicionamiento para tal fin".
El proyecto, que se encuentra aún en fase de trámite de audiencia y sin resolución firme al respecto, contemplaba una edificación de 595,4 metros cuadrados en las cercanías las ruinas del cortijo, si bien las mismas carecen de características suficientes para considerarlas "restos rehabilitables" conforme al PRUG, toda vez que los restos del inmueble están situados "en una parcela catastral distinta a la parcela catastral donde está proyectado el hotel rural".
Cabe recordar que el promotor del hotel rural propuso en su proyecto reconstruir el cortijo cambiando su "ubicación a unos 300 metros" para sortear las restricciones ambientales que rigen en la zonas calificadas como B1 en la normativa de Gata-Níjar y que declaran el suelo "incompatible con la construcción de nuevas edificaciones o rehabilitación de las existentes"; una restricción que no se da en las zonas calificadas como B2.
Así, la localización que propuso dentro de la misma finca catrastral, según afirmó, se sitúa en zona B2, ubicación "mejor ambientalmente" y que le permitiría acogerse al artículo 4.2.11 del PRUG del espacio protegido que dice que para construir una nueva edificación en parcelas donde existan restos rehabilitables tiene que demostrarse la inviabilidad de la rehabilitación o proponerse una ubicación alternativa más adecuada desde el punto de vista ambiental.
El dictamen indica además que el establecimiento turístico se proyecta como dos edificaciones o volúmenes independientes que daría lugar a 22 unidades de alojamiento y que no están adosados "siguiendo los patrones de crecimiento orgánico característicos de la tipología arquitectónica tradicional de la zona".
INVADE LOS LÍMITES DEL DOMINIO MARÍTIMO-TERRESTRE
Del mismo modo, apunta que el cortijo El Ricardillo no es un bien inventariado por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y, por tanto, la edificación existente "no es de carácter rehabilitable". Abunda además la Junta en que el proyecto localiza el hotel dentro de la franja de 500 metros de profundidad a contar desde la línea de delimitación del dominio público marítimo-terrestre (DPMT), lo que también prohíbe su construcción conforme a las normas de protección del parque.
La actuación propuesta por el promotor consiste en levantar un hotel rural de dos estrellas de nueva planta a unos 300 metros del actual cortijo y con dos alas; el ala este acogería la recepción, el salón cafetería, aseos generales y cuartos de instalaciones y almacenaje mientras que el ala noroeste tendría 11 habitaciones con baño y terraza con vistas que se traducen en 22 unidades de alojamiento.
Contempla el promotor también la construcción de una piscina mientras que la zona para aparcamiento se dispondría en la propia pista de acceso existente. En total, la edificación tendría 500 metros cuadrados, con sótano y planta baja. El plazo estimado de ejecución es de dos años y la inversión, 925.474,51 euros con un cálculo de 15 años para recuperarla.
El proyecto no incluye acometidas ni para abastecimiento de agua ni para la red eléctrica ya que propone servirse de un aljibe existente en una calera y de un grupo electrógeno. Para el alcantarillado, aboga por instalar una depuradora ecológica de oxidación total estanca y por contratar una empresa homologada para la retirada periódica de los residuos que se generen.