Son unos invertebrados marinos de cuerpo gelatinoso y transparente que han sorprendido a vecinos y turistas por su abundancia y su aspecto
Tras años de sufrir la presencia de medusas y algas invasoras, las playas de la Costa del Sol han recibido este año a unas inesperadas huéspedes: las salpas, unos invertebrados marinos de cuerpo gelatinoso y transparente que han sorprendido a vecinos y turistas por su abundancia y su aspecto.
Según los expertos, las salpas son inofensivas para el ser humano, ya que no tienen ningún efecto urticante ni tóxico. De hecho, se consideran beneficiosas para el ecosistema marino, ya que contribuyen a la eliminación del exceso de fitoplancton y al secuestro de carbono, lo que ayuda a mitigar el cambio climático.
Sin embargo, su presencia masiva puede causar molestias a los bañistas, que se encuentran con una masa viscosa y pegajosa al entrar al agua. Además, al morir y quedar varadas en la arena, las salpas pueden generar malos olores y atraer insectos.