Los hogares españoles se enfrentan a un
aumento en el costo de sus facturas de electricidad este marzo debido a la escalada del IVA aplicable a la luz, que pasa del 10% al 21%. Este cambio responde a una política del Gobierno que ajusta el impuesto sobre el valor añadido en función del precio medio mensual del megavatio hora (MWh), que en febrero registró cifras inferiores a los 45 euros.
Este mecanismo de ajuste fiscal, implementado recientemente, establece que el IVA solo se mantendrá reducido si los precios energéticos superan el umbral establecido. De lo contrario,
el impuesto recuperará su tasa estándar del 21%, incrementando así el importe final de la factura de luz que reciben los consumidores.
La decisión de incrementar el IVA en marzo se ve influenciada por la
dinámica del mercado eléctrico, que en febrero experimentó una significativa reducción en los precios, en parte debido a la producción energética derivada de la borrasca Louis. Este fenómeno meteorológico favoreció la generación de energía a través de fuentes renovables como la eólica y la solar, contribuyendo a una disminución temporal de los costes.
Sin embargo, este descenso en los precios del mercado mayorista no se traduce de manera directa y proporcional en las facturas de los consumidores debido a los
costes fijos que estos deben asumir, tales como peajes, cargos y ajustes del sistema eléctrico. A pesar de las horas en las que el precio de la electricidad fue extremadamente bajo, e incluso nulo, estos costes fijos mantienen un piso en el importe final que debe abonarse.
La normativa actual, recogida en el Real Decreto 8/2023, determina que el IVA reducido solo se aplicará cuando el precio medio mensual del MWh exceda los 45 euros. Esta medida, que inicialmente buscaba aliviar la carga fiscal sobre los consumidores en momentos de alta cotización energética,
se revisa mensualmente, lo que introduce una variable de incertidumbre en la planificación financiera de los hogares.
Según estimaciones de la consultora Selectra recogidas por La Información, la aplicación del IVA al 21% podría suponer un
incremento medio de 7,48 euros en la factura de luz de marzo, comparado con los impuestos aplicados en el mismo mes del año anterior. Esto representa una subida anual cercana a los 90 euros, acentuando la presión sobre la economía doméstica en un contexto de recuperación fiscal progresiva por parte del Gobierno.
Además, el panorama se complica con la
implementación de un nuevo método de cálculo del PVPC en 2024, destinado a mitigar las fluctuaciones de precios. Aunque este sistema busca equilibrar las referencias de precios a corto y largo plazo, la vinculación con el 'pool' seguirá influyendo en la factura final, especialmente para aquellos acogidos a la tarifa regulada.
Ante este escenario, los consumidores deben prepararse para un mes de marzo más costoso en términos de electricidad, manteniendo la expectativa de cómo evolucionarán los precios en el mercado y, consecuentemente, el IVA aplicable en los meses sucesivos.