Endesa, una de las principales compañías eléctricas del país, se encuentra nuevamente en el centro de la polémica debido a que no consigue abordar eficazmente los retrasos en la emisión de las facturas de sus clientes. A pesar de las reiteradas quejas expresadas a través de las redes sociales, muchos usuarios siguen enfrentándose a esperas desproporcionadas, en algunos casos de hasta un año.

El descontento entre los consumidores no es un fenómeno nuevo. Ya en el pasado, específicamente en 2022, la empresa fue sancionada con una multa de 600.000 euros por la Generalitat de Cataluña, debido a demoras similares que afectaron a un amplio espectro de la clientela durante el año 2021.

A través de un comunicado, Endesa ya trató en el pasado de explicar estas demoras apuntando a "un cambio en el sistema de facturación y ajustes normativos". Además, aseguraban que están trabajando para ofrecer a los afectados por la acumulación de facturas pendientes, "un acuerdo de pago que se ajuste a sus necesidades particulares". Sin embargo, hasta el momento, los problemas persisten.

Este argumento recuerda al utilizado en 2021 cuando la empresa enfrentó críticas por una situación similar, citando una "profunda modificación" debido a la implementación de un nuevo sistema de facturación.

A pesar de estas explicaciones, la realidad es que la legislación vigente dicta que las facturas deben ser emitidas dentro de los cinco días siguientes a la lectura del contador, lo que hace que los retrasos actuales destaquen por su incumplimiento. Este desfase entre la normativa y la práctica de Endesa ha intensificado la frustración y el descontento entre su base de clientes, que no duda en expresarse en las diferentes plataformas de internet contra la compañía.