La Iglesia Católica ya tiene nuevo Papa. A las
18:08 horas de este jueves 8 de mayo, la chimenea de la Capilla Sixtina dejó escapar una
fumata blanca que anunciaba al mundo la elección del
267º Pontífice. Minutos después, el cardenal
Robert Francis Prévost, de origen estadounidense, apareció en el balcón central de San Pedro bajo el nombre de
León XIV.
Con
69 años, Prévost hace historia al convertirse en el
primer Papa estadounidense y el
primer agustino en alcanzar el ministerio petrino. De madre española y también con nacionalidad peruana, Prévost ha querido recordar sus raíces latinoamericanas dedicando unas palabras en
español a los fieles de
Chiclayo, la diócesis que dirigió durante años en Perú.
Desde el balcón, León XIV ha dado las gracias al Papa emérito Francisco y ha rezado por la paz, defendiendo una
Iglesia sinodal, misionera y acogedora, capaz de construir “puentes de diálogo para ser un solo pueblo”.
Una trayectoria marcada por América Latina
Robert Prévost nació en
Chicago el 14 de septiembre de 1955 e ingresó en la
Orden de San Agustín en 1977. Ordenado sacerdote en 1982, partió a las misiones agustinianas del
norte de Perú, donde ejerció como prior, formador, profesor y vicario judicial. En 2014 fue nombrado
obispo de Chiclayo por el Papa Francisco, quien lo incorporó más tarde al gobierno central de la Iglesia como prefecto del Dicasterio para los Obispos.
Académicamente, es doctor en
Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Roma), y ha formado parte de hasta siete
dicasterios vaticanos, así como de la
Comisión para el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Compartía con Francisco su visión de una Iglesia cercana a los
pobres, los migrantes y comprometida contra el
cambio climático. Sin embargo, se ha mostrado contrario a la ordenación sacerdotal de mujeres, señalando que “clericalizarlas no soluciona el problema y podría crear uno nuevo”.
Sevilla repica sus campanas por el nuevo Papa
Tras conocerse la elección, las
campanas de la Catedral de Sevilla han repicado con el tradicional
Pino de Primera Clase, uno de los toques extraordinarios más solemnes del campanario de la
Giralda. También han sonado con júbilo las campanas de la
Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración, desde donde el
Cachorro partirápara participar el próximo 17 de mayo hacia la Gran Procesión del Jubileo en Roma, acompañado de la
Esperanza de Málaga.
Desde el campanario de la calle Castilla ondean banderolas con los colores vaticanos y de la cofradía del Viernes Santo, en señal de adhesión al nuevo sucesor de Pedro,
León XIV.