La Romería de San Isidro se aproxima con fuerza y deseo en la localidad roteña. Muchos ya pueden ver como las carrozas conquistan las calles que llevan a la imagen titular de la Hermandad de San Isidro Labrador hasta el pinar, lugar en el que se desarrollará la Misa de los Romeros, la imposición y bendición de medallas o la ofrenda de cultivos. Pero, aún queda esperar unas horas para el domingo. Sin embargo, a esta celebración de fuerte arraigo en el municipio no le puede faltar su correspondiente pregón. Un pregón que llega a su sexagésima quinta edición y con Francisco Lorenzo Gallegos como protagonista.
La cita comenzó pasadas las 21:00 en la parroquia de Nuestra Señora de la O con una intervención inicial sorprendente porque se trató de un dueto entre padre (Rafael Ruiz-Henestrosa Laynez) e hijo (Hugo Ruiz-Henestrosa Avilés) a modo de saludo inicial de las autoridades y asistentes. Además, esta aparición orquestada en el atril dejó un claro mensaje: "todos los que amamos a nuestra Hermandad ponemos nuestro granito de arena por y para la Hermandad", añadiendo que "los importantes somos todos".
Así, se dio paso a la presentación oficial ofrecida por Emilio Raffo Toraño. El presentador de este LXV Pregón de San Isidro mostró la humanidad de quien tendría que afrontar la labor de pregonar la fiesta del patrón de los agricultores: "es una gran persona, un gran amigo y, sobre todo, un compañero de viaje". Raffo habla de "compañero de viaje" por la vinculación laboral de ambos en la Cooperativa Católico Agrícola que "es un referente en el marco de Jerez, Andalucía, España y el mundo" confirmaba.
De igual modo destacó el desempeño laboral expuesto durante todos estos años para situar a la cooperativa chipionera en la "cúspide" del sector. 35 años de vinculación permiten a Raffo hablar desde una posición privilegiada, 35 años con multitud de vivencias conjuntas con "San Isidro a nuestro lado", 35 años que sirvieron para confesar que "cuentas con mi entera confianza, pregonero". Una presentación que culminó con un sentido y sincero abrazo entre dos amigos.
Antes de que Francisco Lorenzo Gallegos iniciase su pregón, se procedió a la colocación de la medalla de la Hermandad roteña de manos del Hermano Mayor de la misma. Un gesto simbólico que refrenda el apoyo depositado por la entidad en Lorenzo y que se sentencia con la petición de que San Isidro Labrador guié en esta labor de pregonar.
Las primeras palabras del pregonero fueron al son de los acordes de una guitarra para afirmar que "hombre del campo roteño, de espalda vencida, de sudor y esfuerzo en tus manos curtidas, cejas pobladas y sencilla mirada; tu piel es la tierra que siembra la vida". Una clara oda al mayeto y agricultor roteño. Unos versos esculpidos con los tiempos de antaño que vienen a poner en valor su importancia en la historia de esta localidad. Los versos se reproducían con la melodiosa musicalidad de la guitarra para contextualizar no solo al "hombre de campo" sino al campo, mar y pinar. Una poesía que tenía una clara vocación de petición a San Isidro Labrador, pero que no dejó de desdibujar un sentir de pertenencia.
Unas sevillanas de Alborada del Sur sonaban tras esta poética impartida por el pregonero de San Isidro Labrador. El retorno de la voz de Lorenzo desde el atril de la parroquia de Nuestra Señora de la O se amoldó a la prosa, abandonando -de momento- los versos que cautivaron al inicio a los asistentes. "Cuánto honor para un chipionero pregonar, hoy, con voz sincera" exclamó tras saludar a las autoridades congregadas de sendas localidades. El pregonero tenía claro que la piedra angular de este pregón era "San Isidro, luz de nuestros senderos". "De Chipiona a Rota traigo un canto de amor" confesó en su imposible renuncia de sus raíces y orígenes, pero con una admiración y devoción por la localidad vecina envidiable.
Lorenzo aceptó con responsabilidad la labor a la que se ha enfrentado hoy gracias al apoyo depositado desde el inicio por parte de la Hermandad de San Isidro Labrador de Rota. Un apoyo que se ha materializado en la gratitud del pregonero, quien mostró la afinidad con la Hermandad y amor y cariño por su presentador. "Que este pregón sea ante todo un homenaje al labrador" recitó mientras la guitarra asomaba en los altavoces de la parroquia. "Que este pregón ascienda al cielo como suave oración. Allá donde brilla la estrella que nunca se apaga y que no conoce el ocaso, Jesucristo Nuestro Señor" expresó Lorenzo ante el cese de la melodía que hace unos instantes le acompañaba. Sus versos tenía a San Isidro Labrador como protagonista con la admiración que las palabras alcanzaban a aquel que rezó desde el campo. Aquel que "nos guía y llena de alabanza" pronunciaba cuando la guitarra regresaba de su destierro.
Lorenzo, anteriormente excusado ante los asistentes, clavaba su mirada en cada estrofa que dedicaba al titular de esta gran cita. Sus ojos oscilaban entre el papel que recogía sus sentimientos escritos y San Isidro Labrador preparado en su altar al otro lado de la parroquia. "Sin miedo ni fallas que el tiempo es de Dios y da su bendición" suspiraba en casi una exhalación para retomar la intensidad que seguía a unos versos que rezaban de la siguiente manera: "trabajo y rezo". Sus versos reforzaron lo expresado con unas nuevas sevillanas interpretadas por el grupo flamenco roteño.
Una historia de un viajero sirvió a Lorenzo para retomar su pregón tras el canto de Arbolada del Sur. Un viajero que merodea el campo y que tiene como compañera una bicicleta que le sirve para ahondar en trigos, huertas y viñas. Un viajero que en esa travesía se encuentra con un "hombre de campo roteño", quien para el pregonero representa la fe, tradición y devoción por San Isidro. Un campero roteño que con poco que dar: abre sus puertas al exhausto viajero a la suma de víveres e "historias que nacen de su corazón". El viajero repite "su ruta campera" cada mañana aún retando a la zozobra y dificultad del día a día, pero el campo roteño le llamaba. Un viaje que emprendía en el mes de mayo, una fecha primaveral de clara bonanza en el campo. Un espectáculo natural se manifestaba en este espacio que Lorenzo describía como un pequeño paraíso terrenal.
El viajero retomó su camino con la certeza de que el destino le aguardaba en la choza de aquel campero roteño: "¡Viajero, detente y respira este viento que en Rota la tierra es credo y fe!" exclamó Lorenzo. Esa exclamación sirvió de invitación para que el viajero volviera a conversar con el campero, quien exponía las fortalezas y designios de San Isidro. "A medida que el campero le hablaba al viajero, su corazón ardía al ver tanta humildad, devoción y alegría" reflejaba el pregonero entre este ficticio encuentro que viene a representar la importancia de lo tradicional vinculada con el campo a la suma de explicar a quien no conoce la Romería.
Esta ficción llevó a una recreación de significado de la Romería, una descripción detallada ante la mirada de quien asume esta tradición como parte de su existencia y de aquel que la celebra por primera vez. La recreación de Lorenzo dio todo lujo de detalles, desde el recorrido hasta los elementos típicos que surgen durante la Romería. Sevillanas, piteros, carrozas o vino se suman a las plegarias más el sentimiento de fraternidad que esta fiesta genera. Una descripción que hizo la correspondiente parada en el azulejo conmemorativo del 75 aniversario en la avenida Príncipes de España. Un momento que alcanzó una alta emotividad con acompañamiento musical de lo que sonará este domingo.
Lorenzo finalizó como acabó: con versos arropados con el son de una guitarra. El pregonero pidió abiertamente que "no dejemos nunca que se apague la llama viva de nuestro pasado ni que el viento olvide ni se lleve la voz de todo lo que hemos sembrado". Una aclamación que dio pasó a un grito acompañado de "¡Viva la Romería! ¡Viva San Isidro! ¡Viva la tierra que nos da la vida!" para arrancar los aplausos de todos aquellos congregados en la parroquia de Nuestra Señora de la O.