El portavoz de la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) Manuel Balber ha advertido de que “la paz social se ha acabado” en el sector tras el cuestionado preacuerdo entre UGT y Femca antes de la “manifestación social” que ha partido desde la rotonda de San Severiano hasta avenida Marconi en el tercer día de huelga. Unas 5.000 personas participan en la protesta, según las primeras estimaciones. 

“Los compañeros no quieren retroceso, sino avance”, ha indicado, en referencia al rechazo al documento puesto sobre la mesa ñ, y ha cargado contra Navantia, apuntando directamente a la ministra de Hacienda y responsable de SEPI, María Jesús Montero, o Dragados. “Son cárceles”, ha remachado, por lo que exigen un convenio digno y que se cumpla.

CGT, que ha promovido el paro indefinido paralelamente a UGT y CCOO, tratará de forzar una reunión con la patronal en el Sercla para trasladarle sus demandas.

Entre otras, según ha detallado el responsable de la organización en Andalucía, Juan Antonio Guerrero, reducir la duración del convenio, planteado durante nueve años, justo los que están garantizados con carga de trabajo, para evitar mejoras futuras.

También ha rechazado duramente el contrato de nuevo ingreso, que reduce el sueldo en un 75% a jóvenes, porque crea nuevas diferencias salariales. “Ya hay diferentes escalas entre la industria auxiliar”, ha advertido.

Y, finalmente, ha reclamado que el convenio se aplique para todo el personal en las factorías, dado que hay empleados a los que aplican otros, como el del corcho o la limpieza de edificios y dependencias municipales, con la merma de derechos consecuente, ha dicho.