Tras su inesperada reaparición en el estreno de 'Padre no hay más que uno 5' este lunes sin pronunciarse sobre el desplante del Rey Juan Carlos a la prensa en Sanxenxo -cuando irónicamente aseguró que "cuántas más mentiras" se dijesen sobre sus problemas de movilidad "mejor le veríamos" después de que un medio de comunicación publicase que había sufrido una caída y necesitaba la ayuda de una silla de ruedas para desplazarse- Victoria Federica ha vuelto a acaparar todos los flashes en la exclusiva fiesta con la que la marca de vinos Mar de Frades ha presentado su Casa Atlántica en la capital.
Un evento al que han asistido rostros conocidos como Eugenia Osborne, Melyssa Pinto, Ana Cristina Portillo, María García de Jaime o Lucía Pombo y Álvaro Huerta, pero en el que la hija de la infanta Elena ha eclipsado al resto de sus invitados con su espectacular aparición, provocando que los reporteros dejasen de grabar a Anita Matamoros, que indignada les dejaba con la palabra en la boca al grito de "¡Hala, hasta luego!".
Derrochando sofisticación, Victoria ha lucido uno de sus looks más elegantes hasta la fecha, protagonizado por un ajustado vestido midi con silueta lápiz y escote bardot tipo corazón en el pecho, confeccionado en pailletes negros, y con detalle de cinturón estrecho para marcar figura.
Un impresionante diseño que ha combinado con sandalias de tacón y clutch irisado al tono, complementando su look 'Old Hollywood' con su larguísima melena suelta y extralisa, maquillaje marcado con ojos ahumados y labios en tono natural, y unos pendientes largos dorados de la firma Pault.
Fiel a su discreción y al hermetismo del que hace gala en cada una de sus apariciones públicas, la influencer ha ignorado las preguntas de la prensa y no ha querido revelar qué planes tiene para este verano, ni qué le ha parecido el enfado del Emérito en Sanxenxo.