A Abengoa se le ha aparecido un salvador inesperado, un caballero blanco que la saque del mortal letargo en que se hallaba sumida desde marzo pasado cuando firmó el pacto financiero con el que se evitó su quiebras. La eléctrica canadiense Algonquin, como esta web ya
avanzó en julio pasado,
será ese ángel de la guarda que ayudará al definitivo despegue del grupo andaluz.
La firma española ha firmado un triple acuerdo con Algonquin, empresa que cotiza en la Bolsa de Toronto. Primero, le vende un 25% de su filial Atlantica Yield por unos 520 millones de dólares (unos 450 millones de euros), la filial en la que Abengoa volcó sus mejores activos en 20013 salvándolos de la delicada situación financiera de la matriz. El precio de venta es un 20% de media superior al precio al que han cotizado las acciones de Yield en el último año, lo que supone
un precio mucho mejor que el que se esperaba por parte del mercado y fuentes internas de la propia Abengoa.
En segundo lugar, Algonquin y Abengoa, tal y como el presidente ejecutivo de esta última, Gonzalo Urquijo, ha explicado en un encuentro con analistas bursátiles, crean una empresa conjunta denominada AAGES, que controlarán al 50%. Abengoa nombrará al consejero delegado, y Algonquin al director financiero. Esta filial será la encargada de desarrollar
proyectos que ahora están parados por falta de fondos, como la central A3T de México cuya finalización y posterior venta son parte clave del plan de salvamento financiero de Abengoa de marzo.
Esta sociedad AAGES, además, firmará un acuerdo de venta preferente de activos a Atlántica Yield por el que esta empresa prevé adquirir unos mil millones en plantas entre 2018 y 2020 incluidos. Esas plantas que desarrollará AAGES las construirá y mantendrá Abengoa, y además la mitad de la venta repercutirá en la empresa andaluza.
Indemnización por Solana
Y, en tercer lugar, la propia Abengoa actuará como constructor de referencia para nuevos proyectos energéticos que la propia Algonquin, con independencia de AAGES, quiera promover a futuro.
El pacto con el grupo canadiense se convierte así en la verdadera tabla de salvación de la empresa sevillana ya que le facilitará, con la venta de ese 25%, la capacidad de repagar de inmediato parte del rescate de 1.170 millones de marzo pasado.
Le proporcionará negocio como constructor industrial (EPC) y como operador y mantenedor (O&M) para nuevas plantas con AAGES o directamente con Algonquin; y además se garantiza ingresos recurrentes con la venta de esas plantas a Atlantica.
El 16% restante que aún conserva en esta empresa podrá adquirirlo Algonquin al mismo precio que el acordado para el 25% durante dos meses una vez que se cierre la primera venta. Se espera que esta se cierre del todo en enero. De los 607 millones que Abengoa obtiene por la venta del 25%, casi 90 millones serán para reparar los graves problemas de la termosolar
Solana (Arizona), como ha exigido el Gobierno de EEUU para autorizar la venta tal y como también avanzó esta web.