Los plazos de dos meses para cada tramo de 120 metros no se han cumplido, ni el tiempo ni la distancia toda vez que llevan tres meses y hay dos tramos en obras; no se consultó a los comerciantes de cuál era la mejor fecha para comenzar los trabajos, lo que sí se hizo con las cofradías; las medidas económicas del Ayuntamiento son de risa y alguien tiene que pagar los daños que está generando el proyecto a los comercios de la zona, algunos de ellos obligados a cerrar muchos días porque era imposible franquear la entrada. Esas fueron algunas de las propuestas presentadas en la reunión que tuvo lugar ayer pasadas las nueve de la noche en la Alameda Moreno de Guerra y que reunió a medio centenar de comerciantes afectados por los trabajos del tranvía, que ven cómo después de casi tres meses de obras en los que están perdiendo dinero y salud -sólo hay que estar allí cinco minutos para intentar adivinar lo que son ocho horas con ese ruido- sin que nadie les eche una mano. Entre las medidas propuestas está la única que puede resarcir en parte las pérdidas, aunque sean las económicas, y es pedir a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento daños y perjuicios a través de escritos perfectamente detallados en los que expongan lo perdido. Anoche partían con la seguridad de que nadie los va a escuchar pero con la convicción de que no se pueden quedar quietos ante lo que consideran un “desmadre” en los trabajos y un plan que obra que los ha “ ninguneado”. Y el problema es que no saben cuándo van a terminar los tramos de 120 metros y dos meses.