Como cierre a un año lleno de atractivas publicaciones, nada mejor que detenerse en “Tierra negra con alas” (Fundación José Manuel Lara. Sevilla; 2019), una prolija antología de la poesía vanguardista latinoamericana.
Juan Manuel Bonet (París, 1953) y Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) han reunido a 190 poetas reunidos en torno a 825 poemas. A día de hoy, es sin duda la más exhaustiva compilación editada, y constituirá a partir de ahora una imprescindible referencia para saber más y mejor de este período.
En su sobresaliente introducción, Bonilla da cuenta del efervescente panorama que vivía Latinoamérica junto a las nuevas estéticas. Si bien las vanguardias europeas -expresionismo, ultraísmo, cubismo, dadaísmo, futurismo…- han acaparado la atención de estudiosos y críticos durante más de un siglo, no es menos cierto que al otro lado del mapa existió una generación que supo y quiso reivindicar con entusiasmo la definitiva superación del modernismo.
“Es indiscutible que México, Argentina, Chile, Brasil y Perú fueron escenarios donde la proliferación de títulos y nombres multiplica por mucho lo que pudieran producirse en lugares menos permeables al clima vanguardista -como Colombia o Venezuela-, que sin embargo destacaron por sus movimientos vanguardistas de segunda hora ya en los años sesenta”, anota el antólogo jerezano en su estudio. Por ello, este florilegio está dividido, a su vez, por países que no por movimientos.
Se abre el volumen con Jorge Luis Borges y su bello poema “Aldea”: “El poniente de pie como un Arcángel/ tiranizó el sendero/ La soledad repleta como un sueño/ se ha remansado al derredor del pueblo/ Las esquilas recogen la tristeza/ dispersa de las tardes/ La luna nueva/ es una vocecita bajo el cielo/ Según va anocheciendo/ vuelve a ser campo el pueblo”.
Y sirven como coda los versos de “Cine”,del mexicano Emilio Uribe Romo: “Mundo real o irreal de bulto./ Historias espeluznantes y complejas (…) Mundo real e irreal de bulto…/ ¡Alucinantes trucos, fantasía que deslumbra,/ realismo en el ensueño y ensueño en la penumbra”.
Entre ambos, otros 188 autores de una América que para muchos lectores resultará desconocida, pero que produjo y publicó en libros y revistas miles de poemas con tendencias más o menos rupturistas y aires plenamente renovadores.
Hay en estas páginas muestras de movimientos muy variados como el ultraísmo argentino, el indigenismo peruano o el runrunismo chileno, y escritores con mayor (Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Carlos Drummond de Andrade…) o menor (GeradoSeguel, Luis Luksic, Dememtrio Herrera Sevillano…) renombre.
En suma, una recopilación seleccionada con rigor, dadora de una realidad que consignó un nuevo arte y un acentuado afán por traspasar las fronteras de la creación. Sorprenderán, a buen seguro, muchos de los textos aquí reunidos por su diversidad versal y su reestructuración estrófica. Y por su mirada marginal, íntegra y sustantiva.
Quede, como postrer ejemplo, el decir del nicaragüense José Coronel Urtecho desde su “Barbería”: “La brocha del árbol/ hace nubes de espuma/ en el jardín azul-cielo./ Y sales colorado/ lavado/ afeitado: SOL”