Por segundo año, el Ayuntamiento de Arcos organizaba con éxito de convocatoria la Noche de San Juan en la playa del Santiscal, una velada con la que dar la bienvenida al verano aunque, curiosamente, con la lluvia como protagonista; precipitaciones que poco después se tornarían en tormenta eléctrica. La inestabilidad meteorológica no restó encanto a la cita que daría inicio con la actuación en directo de Anabel Arzuar Quartet, que a ritmo de jazz y bossa nova procuró crear un ambiente agradable. El cuarteto se prodigó en clásicos como
Fly me to the moon, Somwhere over the rainbow, La chica de Ipanema… recordando así clásicos de Frank Sinatra, Judy Garland y del maestro Antonio Carlos Jobim, entre otros.
Tras el concierto llegaría el momento de encender la hoguera, eso sí, con las medidas de seguridad que requería la escena, con la presencia de bomberos y operarios municipales. Mientras tanto, el público fue depositando su ‘papelito’ con las experiencias buenas y malas del año para simbolizar esa especie de borrón y cuenta nueva con la llegada del solsticio de verano: un nuevo ciclo en la vida.
A partir de ahí, el delegado de Cultura, Andrés Camarena, encendería la gran hoguera flanqueado por compañeras delegadas del equipo de Gobierno y por numerosas personas que asistían atónitas al unísono a la aparición de una tenue lluvia. El ambiente se repartió entre la propia playa y la contigua terraza del Centro municipal de Deportes Náuticos donde se sirvieron bebidas y comidas hasta la madrugada. La ciudad se suma así a una tradición del Levante español y que, ciertamente, se va extendiendo por toda la geografía peninsular. La Noche de San Juan intenta, así pues, abrirse un hueco destacado en la agenda veraniega de la ciudad.