El histórico falucho almadrabero Poldito, construido en 1927 y atracado en el puerto de Barbate, continúa en inminente riesgo de ser desguazado mientras crece el respaldo institucional y ciudadano para frenar su destrucción.

En los últimos días, los impulsores de la campaña para proteger el Poldito como bien patrimonial han recibido el respaldo del alcalde de Barbate, quien ha formalizado su apoyo a la paralización del expediente de desguace y a la conservación de la embarcación. A esta adhesión se ha sumado también el director general del Museu Marítim de Barcelona, Enric García Domingo, cuya institución es referente nacional e internacional en la defensa del patrimonio marítimo.

Además del respaldo institucional, más de 50 representantes de entidades culturales, marítimas, científicas y ciudadanos a título individual se han adherido ya a la solicitud de cesión de la embarcación para su restauración y puesta en valor. El objetivo común es evitar la destrucción de uno de los últimos testimonios flotantes de la pesca almadrabera tradicional en Andalucía.

Durante una reciente reunión con los promotores del proyecto, la delegada de Pesca del Ayuntamiento de Barbate, Gemma Rivera, confirmó haber mantenido contacto con la empresa Cabo Plata S.A., desde donde se le informó de la existencia de un expediente abierto en Capitanía Marítima para el desguace del Poldito. Ante esta situación, los impulsores han enviado una solicitud formal de paralización tanto a la empresa como a la gerente de la OPP51, Marta Crespo, reiterando su disposición para asumir la custodia de la embarcación.

A pesar de estas gestiones, no se ha recibido respuesta por parte de ninguna de las dos entidades propietarias del barco.

Desde la sociedad civil y las instituciones defensoras del patrimonio se exige transparencia, diálogo y responsabilidad. “El Poldito no es solo una embarcación, es un testimonio vivo de nuestra historia marítima y del saber almadrabero que define la identidad de Barbate”, han expresado los promotores de la iniciativa, quienes insisten en que aún se está a tiempo de evitar una pérdida cultural irreparable.