Este artículo se iba a denominar “a inicios de 2002” y se hacía como un alegato a favor de luchar para que se reconozcan los derechos de Barbate, pero hacerlo con una perspectiva histórica, recordando y teniendo en cuenta quién es quién en esta historia. Recordar no es melancolía, es analizar lo sucedido para que los engaños de antes no se vuelvan a repetir ahora. Sin embargo, los últimos acontecimientos acaecidos en Barbate tras la visita de los europarlamentarios me hacen reflexionar también sobre ello.
Era un artículo que nacía como una respuesta seria pero contundente a los mensajes de los responsables políticos del Partido Popular. El 16 de este mes pudimos conocer a través de este medio una serie de videos de dirigentes del Partido Popular. En ellos aprovechaban su aparente apoyo a las demandas del plan de singularidad para realmente hacer lo que querían hacer y que no era otra cosa que arremeter contra el gobierno de España. Sí, de esta forma, el ínclito Bendodo, delfín de los 7 mares y con un largo historial, no tuvo empacho de mezclar churras con merinas y hacer un "totum revolutum" para sacar “tajada” partidista.
Porque, desde mi modesto punto de vista, venir a Barbate a dar clases de ética política y hablar de un exministro imputado e investigado e intentar relacionarlo con la nueva candidata del PSOE a la Junta de Andalucía es una tomadura de pelo. Sobre todo, cuando ellos aún no han explicado los gastos en comilonas en plena crisis pesquera que pagó el ayuntamiento, cuando el PP gobernaba en Barbate y España. ¿Hay explicación para que se gastaran unas 200.000 pesetas a inicios del año 2000 en un restaurante del municipio en una comilona? También resulta curioso que venga a Barbate a demandar más recursos para la lucha contra el narcotráfico y no ofrecer mayores recursos educativos para el municipio desde el Gobierno del PP en la Junta de Andalucía (lo que es, a todas luces, una contradicción). No menos llamativo resulta que hable de la necesidad de que el Gobierno Central mejore las redes de comunicación entre Málaga y Algeciras. Habría que recordarles que la carretera que une Barbate con Zahara de los Atunes y Zahara de los Atunes con la Nacional 340 es competencia de la Junta de Andalucía y presenta en muchos tramos un estado del firme tercermundista.
Porque venir a Barbate para decir que la singularidad de Barbate es o debe ser reconocida es una ironía. Ellos que rechazaron en varias ocasiones en el Congreso de los Diputados las propuestas elevadas y en las que se pedía desafectación del terreno del Retín o compensaciones. Ellos que gobernaban en España lo negaron. Recordemos que el PP había entrado a gobernar en Barbate en 1999, y pudo en ese momento ser una herramienta más que útil para la transformación que necesitaba el municipio. Sin embargo, esa transformación sólo vino para la vida de algunos de sus dirigentes locales que cambiaron sustancialmente su forma y su nivel de vida o de otros que cogieron un puesto de trabajo en el Ayuntamiento. Todo ello, a pesar de las veces que el entonces ministro Arias Cañete vino a Barbate y de que presentaran una propuesta para la diversificación económica valorada en miles de millones de pesetas que, por supuesto, nunca se cumplió. Un plan presentado a bombo y platillo con la presencia del secretario general de pesca, Samuel Juárez. El pueblo, como de costumbre, creyó aquello que le decían; y, en vez de reclamar sus derechos, mucha gente intentó sacar el mismo provecho personal que ya estaban sacando ellos por ser del PP.
A mí me gustaría, en este escenario, recordar que, a principios del año 2002 (es decir, hace más de 23 años), Barbate reclamaba soluciones para el sector pesquero y compensaciones por la servidumbre que soportaba. En Madrid se celebraba el Congreso del PP. En Barbate hubo un encierro de concejales y otras muchas personas para recordar al PP sus obligaciones para con este pueblo y que nunca cumplieron.
Sigo defendiendo y siempre defenderé las compensaciones para Barbate. Por ello, creo que sería mucho más efectivo, en vez de este tipo de actuaciones partidistas, que el alcalde fuese el primer interesado en buscar el consenso desde el propio pueblo de Barbate. Él mismo lo dijo en los medios de comunicación. Por ello podría convocar a los distintos grupos políticos y colectivos para consensuar una serie de propuestas. Luego, entre todo el mundo, poder defender de una vez para siempre, ante las administraciones superiores, ya sean estatales o autonómicas, unos derechos para este pueblo.
Pocos días después de esta primera visita, Barbate y el Ayuntamiento reciben a una comisión de miembros del Parlamento Europeo. Dicha comisión se desplaza a varias zonas de la frontera sur para ver las condiciones de trabajo de los profesionales de los cuerpos de seguridad, algo necesario, como ya se ha hecho con otros asuntos.
Nuevamente, a través de este diario conozco los datos de dicho encuentro. Cuando leo la composición de la comisión, observo un escoramiento de estos europarlamentarios hacia posiciones de derecha y extrema derecha. No en balde, el que la presidía formaba parte del mismo grupo de un partido español de extrema derecha. Las otras personas pertenecían a otros grupos, como PFE, también con representación de la extrema derecha española, que, por supuesto, se presentaron en el pueblo. Un cóctel con posiciones ideológicas que van desde planteamientos conservadores, económicamente liberal, euroescéptica, contra la inmigración ilegal (eufemismo), revisión del Pacto Verde Europeo, posición proteccionista, contra la eutanasia o el matrimonio entre personas del mismo sexo, entre otras ideas.
Y claro, con esta composición, con determinadas fotos, con su discurso amplificado, cabía esperar y pasó que alguien se tomara al pie de la letra sus discursos y aparecía por primera vez en la historia de Barbate una pintada con rasgos racistas y xenófobos. Recuerdo que ni en los peores momentos de la crisis pesquera se vivieron episodios de este calibre. La marinería compartía sus deseos de seguir trabajando y se unía en manifestaciones y encierros sin importar religión, color de la piel o nacionalidad. Mucho ha llovido desde entonces. Ahora veo que esa lluvia, como ha ocurrido en otros momentos históricos, riega discursos excluyentes que tienen mayor eco, porque los poderosos dominan los medios de comunicación, las redes sociales y ponen en juego todo tipo de estrategias para no perder el control.
Una sociedad que avanza en derechos es lo mismo que decir que retrocede en privilegios. Ello puede no gustar a quienes, acostumbrados a manosear la vida de los demás para sacar provecho propio, ven cambios que no les interesan. Por ello, que se aumente el salario mínimo interprofesional, se reconozcan derechos sexuales, se pida la reducción de la jornada laboral, se luche para que la sanidad no se convierta en un negocio y siga siendo un servicio público, etc., puede que no guste. Por ello, era de esperar que los poderosos, antes de perder sus privilegios, quieran volver a echar a pelear a los de abajo. Y eso debería preocupar.
Me alegró mucho más conocer por este diario que una “comitiva del parlamento andaluz” haya venido a Barbate “con el objetivo de conocer de primera mano el arte milenario de la pesca de almadraba de atún rojo salvaje, convertido en referente de la gastronomía andaluza”.
Considero que las visitas institucionales están bien, pero creo que mejor estarían si al final aportaran soluciones. Y, para ello, es bueno conocer el pasado para diseñar el futuro.