Doce estudiantes españoles que cursan en la prestigiosa Universidad de Camerino su beca del proyecto Erasmus vivieron una de las peores experiencias de sus vida al sufrir los terremotos que este miércoles sacudieron el centro de Italia.
"Estábamos haciendo la cena y de repente se oyó: ¡Otro, otro! y todo se empezó a mover, se cayeron los vasos, los platos, las paredes parecían doblarse como si fueran de cartón. Una sensación horrible de mareo y un ruido tremendo. Creímos que se nos caía la casa encima y salimos corriendo fuera de la residencia, a un descampado", explicó a EFE Salva Regalado, que estudia Derecho en Valencia.
A este chico, nacido en Cádiz, el primer temblor de magnitud 5,4 le pilló en clase, y no lo sintió demasiado. Como desalojaron la universidad regresó al campus, donde viven los universitarios extranjeros, y allí llegó el segundo "terrible", de magnitud 5.9.
Camerino, en la región de Las Marcas, es una joya de ciudad universitaria donde a pesar del frío la vida es cómoda y el ambiente estudiantil la hacen muy apetecible para los jóvenes.
Pero el miércoles a las 7:21 comenzó una auténtica pesadilla para un grupo de españoles que nunca habría imaginado el pánico que puede suscitar un terremoto.
Salva y su compañero de habitación, Rafa Avila, estudiante sevillano de Farmacia, hablaron con la agencia EFE desde un autobús en el que iban hacia Grenoble, para escapar unos días de Camerino "y descansar sobre todo la mente de la horrible experiencia", explican.
El pequeño grupo de Erasmus españoles, procedentes de varias partes de España -Valencia, Granada, Sevilla, Madrid, Zaragoza, entre otras-, acababan de empezar el curso en Camerino, una pequeña localidad de la provincia de Macerata, en la región de Las Marcas, con 6.000 habitantes registrados y a los que se suman otros 6.000 estudiantes universitarios.
Como el resto de habitantes de Camerino, la noche de los terremotos fueron instalados en el Palacio de Deportes y en el deposito de la empresa de autobuses local y explican que se les atendió muy bien y no les faltó de nada.
Pero de los 12 españoles, sólo tres se han quedado en el campus y 9 han decidido salir de Camerino porque "tienen miedo" y "hasta que se normalicen las cosas", y han viajado a Roma, Florencia y Bolonia, explica Salva Regalado.
Rafa Avila cuenta la horrible sensación de un terremoto, "que es cómo si fueras en un autobús sin agarrarte".
"El primero casi no le dimos importancia, incluso nos lo tomamos un poco a broma pensando que así ya podíamos contar lo que era un terremoto. Pero el segundo seísmo fue gordísimo. Se escuchaba gente gritando, se fue la luz y sólo pudimos ponernos algo encima, porque estábamos en pijama, y salir fuera corriendo, donde estaba lloviendo", relató.
Tanto Rafa como Salva no piensan volver a España y esperan que lo antes posible puedan volver a la universidad.
El estudiante sevillano reconoce que "no era la experiencia Erasmus que hubieran querido vivir", pero explica que la Universidad "es estupenda, hay muy buenos profesores y muy atentos a los extranjeros y todos se han portado muy bien".
También Miriam, contactada por la agencia EFE, explicó que aún estaban asustados y que escaparon al día siguiente a Roma para alejarse algunos días.
"Notamos un temblor brutal en el segundo terremoto, se fueron las luces, todo temblaba. Horrible de verdad. Hemos pasado la noche en el Contram (el deposito de autobuses). Hemos salido esta tarde de Camerino hacia Roma para alejarnos unos días de todo lo que ha pasado , porque realmente tenemos miedo. Esperemos que pase todo rápido y poder seguir disfrutando de nuestra Erasmus en Camerino", agregó.
El rector de la Universidad, Flavio Corradini, ha asegurado que en una semana se volverá a abrir la universidad y ya se ha inventado un eslogan para dar ánimos a todos los estudiantes: #elfuturononcrolla (el futuro no se desploma).
No será posible abrir las sedes de la Universidad en el centro histórico, ya que ha sido declarado zona roja y no se puede acceder debido a las numerosas casas con destrozos, pero aseguró que el resto de los centros en las afueras no han sufrido daños.
En la universidad de Camerino, una de las más antiguas del país, fundada en 1336 y pública de 1958, se estudia Arquitectura y Diseño, Biociencias y Veterinaria, Derecho, Farmacia y Ciencias y Tecnología