El sindicato de profesores AMPE aseguró ayer que los profesionales de la enseñanza no pueden permanecer callados ante las agresiones de las que vienen siendo objeto, mucha de las cuales, dicen, “están siendo silenciadas”.

El presidente regional de AMPE, Juan Carlos Illescas, en declaraciones a Efe, señaló que la agresión física de la que fue objeto un profesor el pasado viernes por parte de un alumno en Ciudad Real, es una muestra más de las que sufren muchos profesores en Castilla-La Mancha, que en la mayoría de los casos acaban sin ser denunciadas.

Agentes de la Policía Nacional detuvieron el pasado viernes a un alumno menor de edad en un instituto de Ciudad Real por propinarle un puñetazo en el ojo al director del centro.

El joven fue detenido, trasladado a la comisaría para tomarle declaración, y entregado después a sus padres, a quienes se ha informado de lo sucedido.

La denuncia interpuesta por el director del centro, que es también profesor del mismo, recoge que recibió un fuerte puñetazo en el ojo, que le propinó el alumno, por causas que no han trascendido y en presencia de testigos.

Illescas subrayó que esta situación es “intolerable” y que “ha llegado el momento” de que la comunidad educativa alcance un gran pacto para tratar de evitar y revertir este tipo de hechos, cada vez, “más habitual en las aulas y fuera de ellas”.

AMPE es necesario que, de manera inmediata, se considere la fórmula legal que permita que los docentes sean considerados autoridad pública en el desempeño de su función.

Además, abogó por adoptar otras medidas para atajar este tipo de hechos, como el que se consideren dentro de la normativa educativa, además de por el código penal.

Illescas reconoció que, de momento, el sindicato va a mantener, tal y como pidió el profesor agredido, su anonimato, mientras él no decida lo contrario.

Por otro lado, confirmó que hoy ha convocado, como presidente de la Junta de Personal, al resto de los sindicatos a una reunión en el que propondrá adoptar alguna medida ante este nuevo hecho que ha calificado como “lamentable”.

Para Illescas, en situaciones como éstas, “los sindicatos y los profesionales no nos podemos andar con medias tintas”.