El cerrojazo de la empresa LTK, compañía logística que ha trabajado hasta el pasado 3 de noviembre para Alestis, es el penúltimo episodio del “
crimen que se está cometiendo contra la industria auxiliar aeronáutica en la provincia”. La rescisión del contrato por parte de Alestis deja a 51 personas en la calle y vacío el centro industrial de Altadis, con la marcha de Friking, el fracaso de Torrot y las dudas de Bayport para instalarse. El sector industrial ha perdido, en total, en torno a un millar de empleados en Cádiz desde marzo, pero
la crisis es anterior a la pandemia.
La
paralización del Boing 737 Max afectó al CBC de El Puerto. El
cierre del programa A380 y la
reducción del modelo A350 encendieron todas las alarmas antes del confinamiento. Desde entonces, la sangría laboral es incontenible. En el caso de LTK, perteneciente al grupo alemán Rhenus International, el cierre se produjo
sin comunicación previa, arrojando las pertenencias de la plantilla a contenderores de basura, después de que Alestis cancelara su contrato. El Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) asegura que “estos hechos son consecuencia directa del acuerdo alcanzado (por esta firma) con CCOO y UGT el pasado 28 de octubre para
internalizar las actividades logísticas, lo que afecta directamente a las empresas auxiliares”.
Manuel Fedriani, miembro del comité de empresa saliente, reclama, como el SAT, la
subrogación de la plantilla en su conjunto en Alestis. Es lo que han conseguido los compañeros de San Pablo, en Sevilla, de modo que
hay precedente y esperanza. Juan Antonio Pontones, sindicalista de CCOO, como Fedriani, y vinculado laboralmente a Airbus, apunta, en este sentido, que LTK es proveedor, no una subcontrata, Alestis no cuenta con personal especializado para estos labores. “Y si se lo piden, los trabajadores
tendrían que negarse a hacer las tareas meramente logísticas”, añade.
Ambos coinciden en que los despidos tienen como objetivo el ahorro de costes. “La pandemia es una excusa para acelerar un proceso que se inició cuando Aciturri adquirió Alestis, a mediados del año pasado. El fundador del grupo burgalés, Ginéz Clemente, ha señalado en una reciente entrevista que no hay carga de trabajo y se reduce plantilla para salvar el proyecto. CCOO sostiene, por el contrario, que los encargos de aviones habrá que cumplirlos en el futuro y, por tanto, las empresas han de optar por
ERTE de larga duración o reducciones de jornada.