Las estadísticas de las migraciones de aves por el Estrecho de Gibraltar de los últimos veinte años, que desde 1997 realiza la Fundación Migres, evidencian ya alteraciones como consecuencia del cambio climático, según ha destacado a Efe el coordinador científico de esta entidad, Alejandro Onrubia.
Onrubia ha señalado el caso "muy llamativo" de la cigüeña blanca, especie de la que miles de ejemplares ya no cruzan a África e invernan en la Península, porque los inviernos son menos gélidos, y cuyo calendario de migración por el Estrecho también se ha alterado en las últimas décadas.
"Cuando empezamos con los censos de aves, los picos de migración de las cigüeñas blancas pasaban a principios de agosto y ahora están pasando a principios de julio; han adelantado casi veinte días en veinte años su emigración", ha apostillado.
Estos cambios son cruciales para las aves porque el calendario de las dos migraciones anuales por el Estrecho: la prenupcial, en primavera, cuando llegan de África para reproducirse en Europa, y la postnupcial, cuando a final del verano regresan a zonas subsaharianas para invernar, determina que puedan "estar a tiempo en el lugar adecuado" para alimentarse, nidificar o reproducirse.
Los más de veinte años de registros de estas migraciones determinan ya "muchos cambios", según Onrubia, y evidencian "cómo muchas aves están cambiando sus calendarios, cómo han cambiado también el número de aves que cruzan y cómo han cambiado las especies", ha añadido.
Según este ornitólogo, las estadísticas de Migres demuestran que a algunas especies "les ha ido bien y sus poblaciones aumentan, como la mayor parte de la rapaces", y que otras "están disminuyendo", como los paseriformes (vencejos, golondrinas, aviones o abejarucos) "sobre todo las ligadas a medios agrícolas y las insectívoras".
Otra evidencia del impacto del cambio climático en el comportamiento de las aves es "la incorporación" al sur de la Península de especies africanas en los últimos años, algunas de las cuales son ya reproductoras.
"Cada vez tenemos más registros de especies del norte de África o del Sahel que llegan y que están colonizando el continente europeo", ha explicado Onrubia, quien ha datado la creciente presencia en el sur de España de aves africanas como el buitre moteado, el ratonero moro o el bulbul naranjero.
Esta misma semana, varios ornitólogos han identificado en las calles de Tarifa un ejemplar de escribano sahariano, especie localizada antes en España es escasísimas ocasiones.
La importancia del estudio de la Fundación Migres sobre las migraciones ornitológicas en el Estrecho es especialmente relevante porque, según Onrubia, las aves son "muy buenas bioindicadoras" de los cambios en la naturaleza y adelantan los impactos del cambio climático.
También ha remarcado el papel estratégico del Estrecho de Gibraltar en estos estudios porque es "uno de los lugares de concentración de aves migratorias más importante del mundo, un embudo natural por el que cruzan todos los años millones de aves".
Los censadores de la Fundación Migres cuentan cada año medio millón de aves planeadoras (rapaces y cigüeñas); casi un millón de aves marinas y de treinta a cincuenta millones de pequeños pájaros.
Esta doble migración anual es una de las más importantes de Eurasia, pues la protagonizan una treintena de especies de aves, entre las que destacan la cigüeña blanca o el milano negro, con más de 100.000 individuos en cada paso del Estrecho; el halcón abejero y las águilas culebrera y calzada, con varias decenas de miles de individuos, o cigüeñas negras, gavilanes, alimoches, buitres leonados, aguiluchos laguneros y cenizos, águilas pescadoras y cernícalos primillas.
Migres también realiza, desde el 2001, un seguimiento de la entrada de aves marinas desde el Atlántico al Mediterráneo a través del Estrecho y de su posterior salida, ya que esta zona canaliza el paso de casi todas las especies marinas que crían en el Mediterráneo, como la pardela cenicienta y la pardela balear, esta última en peligro de extinción.
Por este canal también cruzan más de 35 especies de aves marinas, como el alcatraz atlántico, alca común, frailecillo atlántico o págalo grande.