A este Cádiz no lo levanta nadie. Cierto es que el encuentro ante el UCAM ya no servía para nada, pero la imagen no pudo ser peor una semana más, y van...
Álvaro Cervera planteó cambios en el once titular pensando ya en la fase de ascenso. Para el Cádiz el encuentro carecía de importancia, no así para el UCAM Murcia, que se jugaba el liderato.
De esta forma, hombres fijos como David Sánchez y Güiza ni siquiera entraron en la lista de convocados, teniendo minutos Carlos Calvo, Jandro e incluso Fran Machado, que regresaba tras bastante tiempo fuera del césped.
Lolo Plá tuvo el gol en sus botas pasados diez minutos de juego, pero su remate a bocajarro se estrelló con el meta Biel Ribas.
El equipo se mostraba más ordenado que en jornadas precedentes e intentando trenzar jugadas para poner en aprietos al UCAM Murcia, que se jugaba el liderato con sus vecinos del Murcia. Sin embargo, el centrocampismo dominaba una primera mitad sin apenas ocasiones.
A la media hora, la decepción. Un saque de esquina botado por Góngora era rematado por Pallarés para abrir el marcador. Jarro de agua fría al hasta entonces decente juego de los amarillos. Pero más que el resultado, la decepción de la afición venía por los errores defensivos en un corner que remató el delantero visitante totalmente solo en el área pequeña, tras salir Cifuentes y no alcanzar el balón además.
Perdiendo ya al descanso
Con más pena que gloria se llegó al descanso de un partido que más bien parecía un amistoso para el Cádiz, pero que definía el liderato del grupo para su rival.
Intentos tímidos en la segunda mitad, pero sin claridad por parte cadista en una segunda parte para el olvido.
El defensa central Servando rozó el gol en un remate a saque de esquina, pero tampoco tuvo fortuna, como todo el equipo en general, que parece tenerlo todo en contra en cada partido.
Quién sí marcó de nuevo fue el UCAM. Y de qué forma. Manolo envió una preciosa vaselina por encima de Cifuentes tras recoger el balón de un rechace. Era el 0-2 y la sentencia, si es que no estaba ya sentenciado un partido paupérrimo del Cádiz.
Con la lluvia amenazando y la afición cansada del triste espectáculo, las gradas comenzaron a vaciarse, por lo que se llegó al final del partido con un ambiente frío como pocas veces en el estadio Ramón de Carranza.
Hasta las Brigadas Amarillas se retiraron antes de tiempo, toda una demostración de que el cadismo está más que harto, decepcionado, y poco o nada cree en las opciones de subir a Segunda esta temporada.
Eso sí, la fase de ascenso será otra historia y se partirá desde cero. Hay que creer.