Artículo de opinión de Javi Ramírez de El Puerto 100x100
No sorprenderá a nadie mi reiterada denuncia sobre la situación institucional y la dejadez en El Puerto. En los últimos meses hemos sido testigos de un alarmante deterioro del nivel institucional, fruto de una gestión estructural errática por parte del PP local, claramente orientada hacia intereses de dos personas afines a Beardo.
Hoy nos enfrentamos a una ciudad sin expectativas de futuro. Una ciudad que envidia a localidades cercanas por la sociabilidad que presumen sus vecinos y foráneos los 365 días del año. Nos enfrentamos a una ciudad con los impuestos más elevados de la provincia y seguimos careciendo de recursos públicos prioritarios. Esa recaudación no se traduce ni en mejores servicios ni en una gestión institucional eficaz. Por ejemplo, la limpieza pública es deplorable. Un inciso, quienes trabajan en este servicio cumplen su labor con profesionalidad, pero los dirigentes y su mano intencionada, acuerdan pliegos y contratos precarios, lo que impacta directamente en la eficacia del servicio.
Un caso especialmente ilustrativo son los autobuses urbanos: un servicio esencial convertido en una auténtica odisea diaria. Las deficiencias saltan a la vista: rampas inoperativas, falta de aire acondicionado, vehículos que se desmontan durante el trayecto o que simplemente dejan de funcionar por su precariedad. Esta situación no solo dificulta la movilidad, sino que también representa una afrenta permanente para la población portuense y evidencia, una vez más, las carencias de Beardo como alcalde
Mi reflexión final va para aquellos que, por un nuevo estadio, que por un poco de calderilla para los deportes bases o que por 30 monedas de plata se venden a un impostor que promete y actúa a costa de una ciudad que empobrece año tras año y que cada día se va hundiendo un poco más en la miseria.