El consejo vecinal de la Flave celebrado esta tarde ha tenido distintos puntos en el orden del día, siendo el más esperado por las entidades vecinales el relativo a las subvenciones que las mismas tienen que percibir, de acuerdo al convenio firmado por Flave, asociaciones de vecinos y Ayuntamiento, y que aún no han cobrado, lo que está suponiendo problemas graves, ya que hay entidades que están teniendo problemas para pagar las facturas como el agua o la luz, poner en marca actividades o el alquiler. Por ello, las afectadas quieren garantías del cobro y la mejor gestión del área de Participación Ciudadana.
Por mayoría, las asociaciones que se han congregado en el local de la Flave han acordado que se va a exigir al Ayuntamiento a que dote de personal el área de Participación Ciudadana que, desde que el jefe de servicio de diera de baja y ahora haya solicitado su jubilación, y el técnico o auxiliar se diera de baja, se ha visto abocada a que no hubiera personal cualificado para atender y ayudar a las entidades vecinales; siendo una de las consecuencias que se paraliza gran parte de la actividad con respecto a las mismas.
Aunque no se han concretado cuáles serán las herramientas de presión que se van a ejercer, por lo pronto, la Flave va a continuar dando a conocer a los medios de comunicación, a través de nota de prensa o comunicado, la situación alcanzada, como ocurriera la semana anterior, y las conclusiones del consejo vecinal de este martes. Para empezar, se informará a la edil del área de Participación Ciudadana, Matilde Roselló, de dicha situación, una vez más, para que ponga ahínco para que el área de Participación Ciudadana cuente con el mismo mimo que las demás que dirige, como Igualdad o Vivienda.
Y es que, como bien destacan, es cierto que las asociaciones de vecinos están teniendo problemas para continuar con su normal actividad, y la Flave también está atravesando una complicada situación.
Así, como se ha informado en la reunión, desde el Ayuntamiento se ha dejado claro a la Flave que el dinero hay, pero en cambio no se ha dado la orden para que se pague a las asociaciones de vecinos, que ya llevan más de un año tirando del dinero que cobraron el año pasado.
Además, se les ha indicado esta tarde que, entre lo que queda del mes de marzo y abril se pagará la subvención a las 19 asociaciones de vecinos que han solicitado esta ayuda. En realidad, como destaca la junta directiva de la federación, fueron 22 las que se acogieron a esta subvención, pero una, La Gobernaora no justificó a tiempo las actividades anteriores, y Valdelagrana y Altos de la Bahía, por problemas en el proceso de entrega de documentos, también se ven fuera del procedimiento. En este último caso, el de Altos de la Bahía, tanto su presidenta actual, Araceli Cabrero, como el anterior presidente, Enrique Valle, han informado del trabajo que ha realizado la junta directiva para que su problema, asociado con la falta de entrega de un documento a Hacienda en 2015, haya conllevado dicha situación, reconociendo el esfuerzo realizado.
La duda que han planteado algunas asociaciones de vecinos es quién cobrará en marzo y quién en abril, lo que puede suponer un agravio de unas con respecto a otras. Y sobre todo, temen que las primeras que cobren puedan tener ventaja con respecto a las demás, que si no hay dinero, pueden no cobrar. Por ello, la Flave va a intentar que se indique el método de cobro y se aclare esta realidad.
Con respecto al pago que el Ayuntamiento tiene que hacer a la Flave, estando pendiente también la subvención del año anterior, la junta directiva no ha podido sacar nada en claro con respecto a la información que llega de la propia administración. Y la situación de la Flave es bastante precaria, ya que en un par de meses, según anuncian, puede que no tengan para pagar el sueldo de la administrativa ni para las actividades que se realizan.
En resumen, y como bien indica la presidenta de la Flave, Milagros Muñoz, el Consistorio tiene que ser consciente de la labor que realizan las asociaciones de vecinos, que son “los ojos y la voz” del Ayuntamiento en los barrios, suponiendo un trabajo altruista que no se podría pagar de ninguna manera, porque no habría forma de aglutinar en la figura de los técnicos el conocimiento adquirido por las asociaciones de vecinos de cada barrio.