El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha destacado que el acuerdo metodológico alcanzado este viernes por el ministro para la Presidencia, Félix Bolaños, y la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, es un paso importante y necesario para alcanzar "una España y una Cataluña sin confrontación y con concordia".
Así lo ha asegurado este sábado durante su intervención en la jornada de reflexión 'De la acción global a la acción local. Ciudades seguras, ciudades cohesionadas' organizada por el PSC y la Fundació Campalans, en la que también ha participado Bolaños.
Si bien ha avisado de que el proceso de diálogo "no será fácil ni rápido", ha pedido apostar por la negociación para alcanzar --ha dicho textualmente-- la concordia, el reencuentro y la ausencia de confrontación, y ha asegurado que aún quedan muchos pasos por dar en este sentido.
Ha considerado que la situación también se debe abordar desde el diálogo entre partidos catalanes, por lo que ha pedido al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que convoque una mesa con los grupos con representación en el Parlament como "complemento del diálogo con el Gobierno".
Illa también ha destacado la "apuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los socialistas catalanes por el diálogo", que cree que es el único instrumento válido en las democracias.
POLÍTICAS DE SEGURIDAD Y OCUPACIÓN
Por otro lado, ha defendido que las políticas de seguridad se deben reclamar y ejercer porque son iniciativas "de izquierdas, progresistas y sociales porque afectan a la convivencia" y blindan las libertades de los ciudadanos.
Ha considerado que los cuerpos y fuerzas de seguridad necesitan dotarse de más recursos para garantizar su efectividad, y ha celebrado que se esté trabajando en ese sentido en Cataluña.
Para Illa, "hay un momento en el que se debe usar la fuerza, y el monopolio de la fuerza en las sociedades democráticas, por suerte, recae en los cuerpos y fuerzas de seguridad", a los que ha trasladado su reconocimiento y apoyo.
También ha considerado que la ocupación es "un disolvente de la convivencia social", y ha pedido a la Generalitat que escuche y atienda a los alcaldes catalanes para abordar de manera conjunta los problemas y peticiones de la ciudadanía.