El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha convocado el próximo 17 de enero en el Senado la reunión de la Conferencia de Presidentes, sexta ocasión en que se convoca este foro y al que el Ejecutivo espera que asistan todos los presidentes autonómicos, incluido el de la Generalitat, Carles Puigdemont.
En su invitación, el jefe del Ejecutivo aboga por que la Conferencia de Presidentes -que no se reúne desde el 2 de octubre de 2012-- se convierta en un órgano al máximo nivel para el diseño de las políticas públicas, han informado a Europa Press fuentes del Palacio de la Moncloa.
A la espera de cerrar el orden del día, se prevé que encima de la mesa esté el debate de un nuevo sistema de financiación autonómica, máxima prioridad de los gobiernos regionales, pero también los compromisos con Bruselas, la recuperación económica y la creación de empleo, así como las políticas para mejorar el Estado del Bienestar.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, convocará en breve la comisión preparatoria para definir el orden del día de esa reunión. De hecho, hace unos días en una charla informal con los periodistas en el Congreso --en el marco de la celebración del 38 aniversario de la Constitución--, dijo que quiere encajar este mes de diciembre esa reunión preparatoria en la que se decidirán los temas junto a los consejeros autonómicos.
ESPERA QUE ASISTA PUIGDEMONT
Sáenz de Santamaría afirmó que el Gobierno pretende dotar de "mucho contenido" la Conferencia de Presidentes y que espera que acudan todos los presidentes autonómicos, incluido Puigdemont.
Dada la importancia de todas estas cuestiones, la 'número dos' del Gobierno --encargada desde la conformación del nuevo Gobierno de atender las más diversas reivindicaciones de las comunidades autónomas-- ha mostrado su deseo de que no haya bajas de la cita entre los gobiernos central y autonómicos de enero, después de la negativa inicial expresada por el presidente de la Generalitat de Cataluña.
Sáenz de Santamaría opina que la Conferencia de Presidentes debe ser un órgano de encuentro entre el Gobierno central y los autonómicos pero debe "cambiar su filosofía y la trascendencia de sus decisiones".
"La Conferencia de Presidentes no puede limitarse a ser una reunión ocasional, con un magnífico protocolo y pocos resultados. Tampoco puede resolverse y ser una mera yuxtaposición de los problemas que aquejan a cada uno, sino dirigirse a procurar soluciones", dijo el pasado 1 de diciembre en su comparecencia ante la Comisión Constitucional del Congreso.
UNA VEZ AL AÑO
El socialista José Luis Rodríguez Zapatero puso en marcha la Conferencia de Presidentes en 2004, aunque no ha estado reconocida en una ley hasta el año pasado, cuando su existencia se incluyó en la de Régimen Jurídico del Sector Público como uno de los órganos de cooperación multilateral.
Su funcionamiento se rige por un reglamento interno de 2009, publicado por lo que entonces era el Ministerio de Política Territorial que dirigía Manuel Chaves. En él se señala que la Conferencia se reunirá una vez al año, con sede en el Senado, y que su objetivo es debatir "las grandes directrices de las políticas públicas, sectoriales y territoriales de ámbito estatal", las actuaciones "de carácter estratégico" y los asuntos relevantes para el Estado de las Autonomías.
La Conferencia se convocó en 2004 por primera vez y de nuevo en 2005, en ambos casos con la financiación de la sanidad como asunto central. En 2007, los debates se dedicaron a la financiación de la I+D+I y al reparto del agua, que generaba en ese momento una gran polémica entre comunidades.
Dos años después, se aprobó un acuerdo de lucha contra la violencia de género y se discutió sobre empleo, agricultura, ganadería y pesca y de nuevo sobre la política hidráulica. Y en 2012, última Conferencia celebrada, se redactó un documento general de compromiso con la consolidación fiscal y el cumplimiento de la senda de estabilidad fijada por Bruselas.