Sobre la expresidenta regional madrileña, Esperanza Aguirre, Granados descargará en ella la responsabilidad de todos los hechos delictivos que se le atribuyen
El exconsejero madrileño Francisco Granados tiene previsto descargar hoy la responsabilidad sobre la financiación del PP madrileño en la que fuera su jefa, la expresidenta Esperanza Aguirre, que era quien "lo supervisaba todo", y en el que fue su sucesor, Ignacio González.
Fuentes de su defensa han explicado a Efe poco antes de que comenzara la comparecencia de Granados en la Audiencia Nacional a las 10.00 horas, que la declaración se prevé larga y que el exconsejero negará todas las actividades de corrupción que se le atribuyen en Púnica.
Su abogado Javier Vasallo ha preparado un extenso interrogatorio que prevé pueda prolongarse toda la mañana, en el que Granados tratará de defenderse de las graves imputaciones que se han hecho contra él, fundamentalmente por parte del que fuera su amigo y exsocio, David Marjaliza.
Sobre la expresidenta regional madrileña, Esperanza Aguirre, Granados descargará en ella la responsabilidad de todos los hechos delictivos que se le atribuyen, rememorando una famosa frase de la exlideresa: "Todo se puede delegar salvo la supervisión".
También expondrá que la financiación del PP de Madrid no era cosa suya sino de Ignacio González y, por extensión, de Aguirre, según las fuentes de su defensa.
Granados ha llegado a la Audiencia Nacional a las 9.30 horas acompañado por su abogado y, al ser interpelado por los periodistas, ha anunciado que contará en qué ha versado su declaración a la salida del tribunal "por respeto al juez".
Según su defensa, con esta declaración, a petición propia, Granados pretende "contar todo lo que sepa" , "tocar todos los puntos" que le afectan en esta causa, que instruye el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, y defenderse de las acusaciones que se han vertido en su contra.
Fundamentalmente de las que ha hecho Marjaliza, quien en sucesivas comparecencias ha ido desgranando el sistema que supuestamente tenía implantado Granados para el cobro de comisiones y otras prácticas corruptas valiéndose de sus cargos, primero en el Ayuntamiento de Valdemoro y después en la Comunidad de Madrid.
Los puntos en los que puede versar su declaración son todos aquellos que se investigan en Púnica, fundamentalmente, su presunto enriquecimiento a través de contratación de obra pública -se le halló un millón de euros en Suiza, otro en casa de sus suegros, y se cree que aún oculta un elevado patrimonio- o la financiación ilegal del PP madrileño que presidía Esperanza Aguirre mediante el cobro de comisiones a las adjudicatarias, práctica también observada en Lezo.