Vecinos del ayuntamiento de Ribadavia (Ourense) observan atónitos la actual falta de agua, sin precedentes, con un racionamiento por horas, las que aprovechan para cocinar, ducharse e incluso trabajar. La situación de sequía derivada de la falta de lluvias y las altas temperaturas ha obligado a imponer cortes y son varios los negocios que incluso se plantean el cierre.
En la actualidad, los embalses de la provincia se encuentran al 48,08% de su capacidad, un 0,35 % menos que la semana pasada, y el caudal circulante en la provincia de Ourense se sitúa un 67,8% por debajo del promedio histórico.
Esto ha llevado a muchos ayuntamientos a aplicar restricciones en horario nocturno y en el caso de Ribadavia también a lo largo del día. Desde hace prácticamente una semana, sus habitantes lidian con restricciones horarias de agua mientras el consistorio y la empresa Aqualia apuran el reparto de botellas y garrafas, al menos hasta conseguir una solución que no sea un parche.
De ello da cuenta Mónica, dueña de un negocio de hostelería, quien cuenta a Efe que "así no se puede trabajar". Bares y restaurantes se quejan de las dificultades a las que se enfrentan para limpiar y usar sus electrodomésticos.
"Esto es un cristo. Yo me traje de casa una cafetera de cápsulas para salir del apuro con los clientes habituales, mañana ya me planteo no abrir. Los horarios son relativos, no se están cumpliendo, ayer no teníamos a las 13:30 horas, por la noche ya no había a las 22:15 horas, a ver si viene agua, así no podemos seguir".
Con tal panorama, muchos trabajadores, salvo los que tienen pozos, se sienten "agobiados", una escasez que tratan de paliar con garrafas para limpiar y cubos que llenan en la fuente. Pero "así no podemos seguir", coinciden.
Pese a los tres ríos que pasan por Ribadavia, el río Miño, el Avia y el Maquiáns, los mayores no recuerdan una situación similar en esta localidad de unos 5.000 habitantes, población que se incrementa durante el periodo estival, lo que supone una dificultad añadida a la hora de abastecerse de agua.
Ramón Miguélez, vecino de Francelos, abrió hace un año y medio la lavandería, en plena pandemia y, ahora ha tenido que cerrar provisionalmente por falta de agua.
"Desde el viernes intentamos abrir, pero nada, hubo que devolver el dinero a la gente porque la ropa no salía bien. Dicen que en dos semanas van a hacer una captación y a ver qué sale de ahí", comenta.
Este afectado se queja de que aunque el consistorio abra el agua a las ocho de la tarde, esa no es la vía. "Cuando llega a Francelos ya no hay caudal".
La situación es tan dramática que ya ha solicitado un pozo pensando en el medio y largo plazo para garantizar el suministro al local. "Contraté un pozo pero hasta dentro de tres o cuatro meses imposible, están desbordados".
Xoán González, dueño de un taller que vive en Carballiño, donde no tiene problemas, lamenta la situación que están viviendo en Ribadavia, coincidiendo con la "temporada alta" y, por tanto, cuando hay más gente en esta villa del Ribeiro.
"La gente aprovecha el verano para lavar el coche, tuve que anular el servicio pese a que tenía toda la semana completa porque no se puede dar el servicio, primero, porque no llega el caudal para las máquinas de presión y, por otro lado, porque no están cumpliendo con los horarios", explica.
Los vecinos aseguran que "nunca" habían vivido una situación similar de sufrir cortes de agua tantos días consecutivos, situación de la que responsabilizan al gobierno local por "falta de previsión". "La culpa es del ayuntamiento por no tener una alternativa y depender de un regato en una población de 5.000 habitantes. Esto cada año va a ir a peor", han dicho varios.
Desde una peluquería, Camilo Sotelo, estos días atrás tenía que tirar de botellas y garrafas de agua para poder lavar y peinar el pelo a sus clientes. "Vamos arreglando como podemos, entre las horas de la traída y con garrafas. Vamos a la fuente a por agua y de ahí a la cabeza", resume este peluquero, quien después de 38 años en el oficio no alcanza a recordar una vivencia similar.
"Alguna avería ocasional pero no esto", abunda este peluquero quien no ve fácil solución pues "el depósito está secándose", con lo cual "o buscan otros manantiales o el problema va a ser cada vez más grave", ha advertido. "Es el mes más fuerte de agua, si no tenemos servicio, una, se retrasa el trabajo porque necesitamos dos personas para lavar la cabeza y otra, para ir a coger el agua a la fuente, es una pérdida de tiempo".
Por el momento, el ayuntamiento ha informado de que ha empezado al traslado de agua desde una captación del ayuntamiento de Beade hasta el depósito con el objetivo de "complementar la poca agua que entra en la captación del río Maquiáns" para conseguir dar abastecimiento. El ayuntamiento ha solicitado una captación urgente por medio del bombeo de agua desde el río Avia ante la "preocupante" situación.
La precipitación media acumulada en la provincia de Ourense desde el 1 de octubre, inicio del presente año hidrológico, es de 608,2 litros por metro cuadrado, un 43% por debajo de la media histórica.
El año pasado a estas alturas, la precipitación era un 8% superior a la media histórica y un 90% por encima de la que se ha registrado en este año hidrológico.