Una de las más decoradas del recinto, para mejorar su estado y funcionamiento
El Patronato de la Alhambra y el Generalife ha comenzado esta semana las obras para renovar la azotea de la Torre de las Infantas, una de las más decoradas del recinto, para mejorar su estado y funcionamiento.
Esta edificación, de la época del sultán Muhammad VII (1392-1408) y escenario de la famosa leyenda de las tres princesas que recogió Washington Irving, se someterá durante tres meses a obras para mejorar su estado y funcionamiento.
La directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz, ha visitado la torre junto al delegado territorial de Cultura, Fernando Egea, y el arquitecto conservador de la Alhambra, Antonio Peral, y ha explicado que la intervención incluirá el levantamiento tanto de la cubrición como del pavimento de la azotea.
Además, el proyecto prevé la demolición de pendientes existentes en la superficie.
Se trata, en palabras de Díaz, de una intervención necesaria debido al importante deterioro que sufría provocado por el transcurso del tiempo y la acción de los agentes atmosféricos.
"Era necesario limpiar y recuperar el pavimento para garantizar su estanqueidad", ha remarcado la directora de la Alhambra, para quien esta actuación, que se enmarca dentro de la programación anual de la Alhambra, es un ejemplo más de la apuesta del Patronato por la conservación preventiva del monumento.
La Torre de las Infantas, llamada también torre de Ruiz y Quitarnaya, es una de las qalahurras más profusamente decoradas del recinto alhambreño.
También es una de las torres más modernas, ya que fue construida a finales del siglo XIV, según atestiguan las inscripciones en árabe de sus muros.
Esta torre presenta una estructura arquitectónica semejante a la de su vecina, la Cautiva, y, al igual que aquella, puede considerarse como una torre-palacio.