Si se miran los títulos de crédito de
Los instigadores, la película parece una reunión de viejos amigos:
Matt Damon produce el filme junto a Ben Affleck, Damon y Cassey Affleck coincidieron en las tres entregas de Ocean´s eleven, y Doug Liman se dio a conocer dirigiendo a Damon en la primera entrega de la saga Bourne (El caso Bourne).
Este tipo de reencuentros no siempre acaban de funcionar, ya sea porque obedecen a una estrategia de marketing o porque hubiese sido preferible que hubiesen quedado a comer todos juntos en vez de hacernos perder el tiempo. Puede que en este caso haya algo de lo primero, aunque tampoco tiene mucha importancia, ya que la película ha ido directamente a la difusión por streaming a través de
AppleTV.
El resultado, que es lo que importa, es el de una película entretenida, que pretende desmarcarse de la típica comedia de acción, tanto por el tono, entre despreocupado y realista, como por la profusión de personajes secundarios, todos ellos de primer nivel, aunque con una presencia casi episódica (
Michael Stuhlbarg, Ving Rhimes, Alfred Molina, Toby Jones, Ron Perlman), y en la que prevalece un sentido del humor a tono con la pareja de perdedores a la que dan vida Damon y Affleck, en busca de una falsa redención después de fracasar como padre y como persona, respectivamente, y en todo lo demás también: el primero un exmarine incapaz de pasar la pensión a su exmujer y el segundo un exconvicto; ambos embarcados en un atraco nocturno tan mal planificado como lleno de imprevistos.
Por lo demás,
Los instigadores no se encontrará entre lo más recordado de las carreras de sus protagonistas, pero hay que reconocerle esa capacidad para captar nuestra atención con una historia absurda, a la altura de sus personajes, que se beneficia de un buen desarrollo de la acción, salpicada por algunas persecuciones de coche muy bien rodadas, y de la progresiva escalada de malas decisiones adoptadas durante una huida a ninguna parte que les lleva a tomar riesgos solo justificados porque lo han dado ya todo por perdido.
Evidentemente, para hacerlo posible, el guion, del que es coautor Casey Affleck, se toma demasiadas libertades para que la trama siga avanzando, en forma de cabos sueltos o situaciones poco consistentes, pero todo sea en favor del espectáculo.
Al frente del mismo se encuentra un director tan irregular como Doug Liman, que ha sabido manejarse siempre con altos presupuestos y grandes estrellas, pero de cuya filmografía se salvan muy pocos trabajos -los más interesantes, los rodados
junto a Tom Cruise: Al filo del mañana y Barry Seal, aunque también citaría otro correcto thriller,
Caza a la espía.
En
Los instigadores se le nota cómodo, sin presión, y bastante hábil en el desarrollo de esas secuencias de acción. Lo cuenta todo sin estridencias, como contagiado por el tono que desprenden las páginas de un guion empeñado en buscar nuestra complicidad a partir de la empatía que generan sus desastrosos atracadores.