El día que el Gobierno municipal llevó a Pleno el Plan de Ajuste para hacer posible el pago de la deuda a los proveedores, la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, defendió que “los políticos debemos responder ante los ciudadanos con una gestión de los recursos públicos eficiente y transparente”. Su sentencia no solo justificaba la necesaria dureza de las medidas que implica el propio plan, sino que hay que entenderlas desde cierta trascendencia histórica, la que supone marcar un antes y un después dentro de la vida municipal de los últimos treinta años, desde el momento en que se va a poner el “marcador a cero” para abrir una nueva etapa dentro de la gestión del Consistorio.
Sin embargo, no se trata solo de abrir una nueva etapa, sino de instaurar un nuevo modelo de gestión. El Gobierno local tiene el suyo, pero su hoja de ruta deja en el tintero muchas preguntas, muchas dudas y, también, muchas oportunidades, las que propicia este mismo momento y que invitan a cuestionar el funcionamiento de determinados servicios básicos, sobre todo en la búsqueda de un mayor ahorro o, cuando menos, una mayor efectividad en la prestación de los mismos. En definitiva, ¿por qué seguir pagando más, o endeudándonos más, por la prestación de determinados servicios que podrían asumirse desde la gestión directa a menor coste? Si la clave de los próximos años va a estar en el ahorro, ¿por qué no empezar por ahí?, ¿por qué no por el servicio de autobuses?, ¿o por el de la limpieza viaria?, ¿por qué pagar 12 millones de euros al año a Urbaser por un servicio al que si le restamos el beneficio industrial y los gastos generales se puede prestar por menos dinero desde el Ayuntamiento?
el contador a cero
La alcaldesa viene insistiendo en la misma frase durante las últimas semanas: “Mayo supondrá poner el contador a cero”. Lo entona como la reivindicación de una victoria; de hecho, nadie le podrá negar que va a conseguir poner fin a uno de los grandes males que venía padeciendo el Ayuntamiento jerezano desde hace muchos años: su deuda con los proveedores, que cuenta con ejemplos tan escandalosos como el ya citado de Urbaser, a la que en diciembre de 2010 se le debían unos cien millones de euros, entre la limpieza viaria y la recogida de basuras.
En este sentido, el “contador se pone a cero”, sí, pero ¿cómo piensa afrontar el futuro el Gobierno local?. Según García-Pelayo, “nuestro objetivo es no volver a iniciar ese contador, asumir gastos que se puedan pagar y que no pase lo que en etapas anteriores que se comprometían gastos a los que después no se podía hacer frente”. E incide en que “este pago a los proveedores supondrá un balón de oxígeno no sólo para las empresas y las concesionarias sino para el Ayuntamiento que liquidará todas sus deudas. A partir de ese momento, el objetivo del gobierno municipal es no volver a endeudarnos y acometer los pagos, por lo que ya hemos presentado a los proveedores y empresas concesionarias un calendario de pagos que se hará efectivo a partir de junio”.
Cómo lo hará, es el secreto mejor guardado por el ejecutivo local en estos momentos, entre otros aspectos porque el flujo del corriente va a depender de los ingresos previstos, y muchos de ellos están en el aire en estos momentos, caso de posibles ventas patrimoniales -es más, el PSOE ya lo intentó durante su último año de gestión y fracasó- o la recuperación de parte de la PIE (Participación de los Ingresos del Estado), retenidos desde el pasado año al cien por cien (unos 40 millones de euros anuales) por la deuda contraída y acumulada con Hacienda y la Seguridad Social.
De una u otra forma, el Plan de Ajuste ha justificado ante el Ministerio de Hacienda de dónde está previsto que surja el flujo necesario para ahorrar y no incrementar una deuda que, por ahora, ya cuenta con los abonos no realizados desde enero de 2012. Todo pasa por generar ahorro y medidas de reducción del gasto, entre las que se contempla desprenderse de los servicios que presta el Ayuntamiento y que no corresponden a la administración municipal, y que en estos momentos suponen un sobrecoste de 16 millones de euros.
previsiones
Desde la oposición, nadie cree en que el Plan de Ajuste presentado sea la solución, y mucho menos que el Ayuntamiento pueda cumplir con ese plan de pagos a proveedores y concesionarias. Para empezar, se insiste en que los ingresos vía impuestos están comprometidos para el pago de las nóminas, cuya prelación está establecida por ley. Según Joaquín del Valle, portavoz de IU, “para asumir ese plan de pagos hacen falta ingresos alternativos con los que no se cuenta en estos momentos, y que pasan por la venta de patrimonio o por llegar a un acuerdo para recuperar la PIE”.
Desde el PSOE, por su parte, solo se ve “improvisación. Dicen una cosa, pero no garantizan nada”. Y, en su opinión, se equivocan en el modelo: “Nosotros, en los dos últimos años de gobierno -explica Juan Pedro Crisol- adoptamos determinadas decisiones dentro de los inevitables ajustes, pero con el deseo siempre de que la ciudad funcionara, sin plantear despidos, ni medidas traumáticas. Los ajustes que nosotros planteamos fueron a medio y largo plazo, y nunca con servicios a la baja. Esa debe seguir siendo la apuesta, pensar a medio y largo plazo, y no aplicar la cirujía directa como hace el equipo de Gobierno del PP”.
IU tiene su modelo desde el año 2010, cuando propuso su propio plan de viabilidad para la ciudad; incluso desde Foro Ciudadano han reivindicado estos días que la decisión de intervenir el servicio de autobuses la llevaban reclamando desde hace casi un año. Pero, en el caso del grupo de Joaquín del Valle, su planteamiento hace más evidente aún la necesidad de ahondar en el modelo por el que apuesta el equipo de García-Pelayo, al establecer soluciones que pasan por municipalizar determinados servicios.
Y ese modelo de Izquierda Unida plantea como prioritaria la calidad de los servicios públicos, a través del rescate de concesiones administrativas viables para el Ayuntamiento, también por la restructuración del organigrama municipal atendiendo a las necesidades de la ciudadanía, y no sólo habla de recortes, sino que contempla la redistribución fiscal como una medida “justa y necesaria” para salir de esta situación. En suma, una serie de propuestas que buscan responder a la “necesidad de articular una política de ahorro eficaz que pretende la consecución del equilibrio presupuestario, el mantenimiento y mejora de las prestaciones de los servicios municipales a la ciudadanía y amortizar la deuda existente”.
La propuesta data de 2010, pero sigue vigente, “salvo algunos retoques”, como reconocía recientemente el propio Del Valle, que insiste en la necesidad de plantear “de manera progresiva el ir a la gestión directa por el ahorro que supone”.
búsqueda de ingresos
La clave, en cualquier caso, no solo está en propiciar un ahorro constante, sino en lograr, al mismo tiempo, ingresos constantes, que es la parte más difícil de la empresa. En este sentido,Emusujesa, la Empresa Municipal del Suelo, ya ha anunciado que va a poner en marcha en los próximos días una estrategia de comercialización de los suelos de actividades económicas de los que actualmente dispone en la Ciudad del Transporte y el Parque Tecnológico Agroalimentario (PTA) y los que están en trámite de urbanización en los sectores de El Carrerista y Pastranilla.
Los objetivos de esta iniciativa son promocionar y poner en valor un total de 237.674 metros cuadrados de suelo destinado a la instalación de nuevas iniciativas empresariales en los distintos espacios industriales con que cuenta la ciudad. La estrategia de comercialización de estos suelos se desarrollará poniendo en marcha una batería de acciones, entre las que destaca la colaboración con operadores de suelo a nivel regional, nacional e internacional para atraer posibles inversores a la ciudad que estén interesados por alguno de los suelos disponibles.
Todo sigue pasando por ahorrar y obtener nuevos ingresos, y tanto uno como otro reservan en estos momentos poco margen de maniobra, aunque si hay que optar por uno de los dos es el primero en el que el Ayuntamiento puede ahondar en una mayor eficiencia. Parte desde de la base de que ahora mismo no necesita forzarlo más, pero las previsiones apuntan a que deberá hacerlo. Pensar en mejorar el modelo, o en un plan B, no es tan descabellado.