David de María llega a los estudios de Ondaluz TV en un día bastante doloroso: ha fallecido Manolo Tena, con el que ha compartido varias semanas de convivencia y grabación para el programa A mi manera de La Sexta. Ha sido nuestro invitado en el espacio Acento andaluz, donde nos ha hablado y presentado su nuevo trabajo discográfico, Séptimo cielo, el décimo de una carrera que cumple ahora veinte años y que llega, además, en un momento vital muy importante, coincidiendo con el nacimiento de su hijo Leonardo: “Ha sido el regalo más bonito que me ha dado la vida. Es el amor en su máxima expresión. Lo amas tanto que hasta te duele. El disco estaba compuesto antes de que naciera, pero no me pude resistir a dedicarle una canción con sólo una ecografía por delante: Bienvenido a la vida. La verdad es que me he sentido en el séptimo cielo componiendo y grabando el disco”.
Según reconoce, “es el disco perfecto para el momento exacto que estoy viviendo. He recuperado muchas energías y he vuelto a creer en un pop rock ibérico”. Además, experimenta con el son cubano, fruto de sus viajes a Cuba, aunque recalca que “hasta que no he conocido en mi piel lo que es tocar con el músico cubano, conocer el país, no quería introducir esta novedad. No sabía que en una isla tan aislada como Cuba había dos canciones mías que se cantan como si fuera un himno, que son Preciosa mía, que se canta como si fuera un éxito actual, y el Niña piensa en mí que escribí para Los Caños.
El disco ha sido creado y compuesto en el “Madrid añejo, en la plaza mayor”, como matiza el artista, y se ha grabado grabado en La Latina. “Tiene la magia del reencuentro con el guitarrista Víctor Iniesta, fundador de El Bicho, habitual de Manolo García, y ha sido vital a la hora de hacer el disco más guitarrero de mi vida. Y es cierto que el disco está creado allí, pero tenía que reencontrarme con la raíz de mi tierra, por eso elegí para la foto de portada una imagen tomada en las salinas de San Fernando, y para el primer vídeoclip elegí la ciudad de Cádiz”.
David de María también considera que este disco llega en un momento de madurez personal y profesional: “Se aprende a encontrar la inspiración en el equilibrio. La vida no ha de ser tormentosa y desastrosa, porque te acabas creyendo ese personaje, y no te tienes que creer que has de hacer novelas negras de tus canciones. Yo soy un tipo muy blanco, como la portada. La inspiración y la poética se va renovando, pero sin perder el almíbar que como músico siempre voy a tener. Me gusta el rock y el flamenco, puedo ser más indie que un indie y más heavy que un heavy, pero a la hora de componer mis canciones reinventarse según tu estado de ánimo y tus equilibrios es muy importante. La vida canalla es una pose que te puede afectar en tu vida personal”.
A la hora de comparar el momento actual de la música con el de sus primeros pasos como profesional, hace ya veinte años, recuerda y matiza que se dio a conocer en una etapa en la “que no existía la ventana de internet. Ahora cualquiera puede grabar su vídeo y exponerlo al mundo. Los escollos entonces eran una casette. Me llevé muchas decepciones ya superadas, pero nunca le haría a un joven que conozco y que tiene talento lo que a mí me hicieron, repartir un pastel creativo llevándose ellos la mayor parte del pastel. Fue un peaje muy inmoral y antiético. Ahora que conoces cómo se negocian los contratos discográficos, te das cuenta que el robo a mano armada del siglo XX a los músicos fueron las editoriales y en el XXI es lo digital. Yo me llevo un 7% de cada canción, dónde se queda el otro 93. Se han hecho acuerdos y pactos subestimado totalmente al autor, que es el que menos interesa. Había escollos cuando empecé y los sigue habiendo ahora. Si doy un concierto tengo que llenar un teatro con 600 personas y subir la entrada de 20 a 25 euros para poder pagarle a los músicos y los impuestos. Vivir de la música es un milagro, a no ser que seas el artista del momento y llenes estadios, pero eso no ocurre durante toda tu carrera”.
Reconoce asimismo que la “suerte” de haber estado en A mi manera le ha servido para promocionarse de cara a este disco, y eso ha provocado que tenga cerrada una gira por teatros en muchas provincias y de cara al verano en espacios más grandes. Me gusta la cercanía con el público en los teatros. Haces un hilo conductor de tu concierto con tu discurso a la hora de enlazar las canciones. El teatro te da esa autenticidad.
“Gustes más o menos, o tengas más o menos éxito, es muy difícil surfear las modas pasajeras después de todo ese tiempo, y hoy día puedo cantar canciones de hace 20 años con una guitarra y con mi voz”, reivindica De María fruto de su consolidada trayectoria.
“Dar el Pregón es algo tan imponente...”
David de María reconoció públicamente que el Consejo de la Unión de Hermandades le propuso “algo tan imponente como dar el Pregón de la Semana Santa de mi ciudad, y tuve que decir que no, pese a que muchos amigos me decían que no fuera capaz de rechazarlo. Incluso escribí una carta de agradecimiento al Consejo por habérmelo solicitado, que la carta de por sí era ya casi un pregón, pero para dar un pregón primero hay que darle su sitio a mucha gente que yo conozco en mi tierra que sé que tiene sus pregones escritos desde hace muchos años. Creo que las decisiones no tienen que ser populistas. A lo mejor dentro de muchos años si me lo proponen de nuevo, ojalá esté preparado”.
Esta Semana Santa, por cierto, la ha pasado en Jerez. “He visto la mayoría de procesiones en casa de mis padres en pleno centro. Me gusta mantener ciertas tradiciones de educación que a mí me han ordenado mi vida. He tenido la suerte de haber nacido en la provincia más bonita del mundo y siempre tengo la veleta mirando hacia el sur. Me cuesta mucho dejar mi acento andaluz”. David de María sí fue rey mago hace unos años, aunque reconoce que “es menos comprometido que un pregón”.