Con el lema "No a la semipresencialidad. En Enero...tod@s vuelta segura a clase todo el tiempo",el colectivo
Marea Verde Jerez, reivindica la prioridad de la educación presencial total en los centros educativos a la que califican de "insustituible para todo el alumnado, en cualquier etapa".
En este sentido, las asociaciones de padres y madres y el colectivo defensor de la escuela pública, quieren señalar la necesidad de
priorizar la educación presencial, con garantías de seguridad, por entender que es esencial para ejercer el derecho a la educación en condiciones de igualdad.
En la mayoría de los centros de secundaria de nuestro municipio, lo que se ha hecho durante el primer trimestre, es garantizar una presencialidad de la mitad del horario semanal para todo el alumnado de 3º y 4º de ESO, y de niveles posteriores (Bachillerato y FP). Es lo que se viene llamando semipresencialidad, modalidad adoptada por la inmensa mayoría de los Institutos públicos (no así por los privados) y que se viene justificando por la necesidad de reducir el número de estudiantes por grupo para poder mantener la distancia social en las aulas.
Funcionamiento de la semipresencialidad
La semipresencialidad supone que cada grupo-aula se divide en dos y cada uno de los subgrupos asiste únicamente a la mitad de las horas de clase en el centro educativo; el resto del horario supuestamente participa desde casa. La forma de organizar la asistencia del alumnado difiere de unos centros a otros: algunos han optado por que una semana completa vaya un subgrupo de alumnos y la siguiente otro; otros institutos lo han organizado por días alternos: lunes-miércoles- viernes un subgrupo y martes-jueves otro, cambiando de días la siguiente semana. Y también hay algunos institutos que han optado por la asistencia diaria de todos los subgrupos, pero por franjas horarias: unos hasta media mañana y otros durante la segunda parte de la mañana, dejando media hora para cambiar el conjunto de alumnos y alumnas del centro.
Respecto a la organización de la docencia por parte del profesorado, en los días que el alumnado no asiste presencialmente a clase, se plantean dos posibilidades: por un lado, los subgrupos de estudiantes que están en casa pueden seguir online la clase que se imparte en el aula, siempre que cuenten con los equipos necesarios y los sistemas técnicos funcionen. En ese caso el alumnado está conectado durante 6 horas a una sucesión de exposiciones en las que apenas puede participar, pues el profesorado atiende prioritariamente al alumnado que está en clase de forma presencial. Y la segunda opción es plantear una serie de actividades para su realización por el alumnado en el horario lectivo que no está en el centro, con la pretensión de que su aprendizaje sea más activo, pero con la dificultad de que se encuentran solos y el profesorado puede ayudarles de forma muy limitada.
Efectos de la semipresencialidad
En este contexto, la adquisición de los conocimientos requeridos resulta bastante complicada. De ahí que las familias con recursos suficientes se hayan apresurado a contratar clases particulares online, u otro tipo de ayudas, mientras que las familias con escasos medios económicos no pueden hacerlo, dando lugar de nuevo a una mayor desigualdad educativa. Las familias viven esta situación con preocupación y angustia, dado que sus hijos e hijas necesitan más supervisión que nunca por la gran cantidad de horas que pasan solos en casa. Aparte de que, en no pocos casos, necesitan que se complementen las explicaciones de las clases en torno a contenidos complejos, y esto no siempre les resulta posible.
A ello se une un malestar creciente en el profesorado porque los programas de las distintas asignaturas no se han modificado y es imposible abarcarlos teniendo al alumnado en clase solo la mitad del tiempo previsto, lo que resulta especialmente gravoso de cara a las pruebas de la PEvAU. Pero sobre todo porque, como ya se constató durante el largo período de confinamiento del curso pasado, también en las circunstancias actuales de semipresencialidad el profesorado no puede realizar su trabajo de forma adecuada. Se produce también ahora una sobrecarga de los equipos docentes porque a las tareas propias en un curso convencional se añaden las de preparación y supervisión de los materiales y actividades para los períodos en que el alumnado no está en clase".
La semipresencialidad, tiene además otros ‘efectos colaterales’, como "el de aumentar el riesgo de abandono temprano del sistema educativo. El alumnado menos motivado o con menos apoyo familiar, al asistir solo la mitad del tiempo a clase, se desvincula progesivamente del centro educativo. Los institutos son, además, lugares donde se detectan con frecuencia problemas y conflictos que viven los menores fuera del ámbito escolar, y en el centro pueden encontrar un espacio de equilibrio y apoyo. Todo esto se ve dificultado por el reducido tiempo de permanencia, aparte de que algunos/as menores, cuando no les toca estar en clase, se ven obligados a realizar tareas dentro/fuera de su entorno familiar que no les correspondería si tuvieran su jornada escolar completa en el centro".
Otra de las lecciones aprendidas en estos meses es el beneficio que ha traído en el normal desarrollo de las clases la necesaria reducción de ratio. La anomalía de la semipresencialidad ha permitido reducir de manera considerable los conflictos en las aulas y corregir de manera más efectiva las conductas disruptivas. Algo que reafirma a profesorado, familias y estudiosos en su convicción de que la reducción de ratios es una medida que aumenta de manera significativa la calidad del sistema, permite una atención más personalizada del alumnado, y contribuye a corregir la brecha sociocultural ensanchada durante el confinamiento.
Para concluir, desde la FLAMPA y MAREA VERDE JEREZ, nos reafirmamos en que la educación presencial es insustituible también para el alumnado de 14 a 18 años y que su derecho a la educación no está siendo protegido en la situación actual. La solución es perfectamente posible. Para volver a la presencialidad completa en todos los Institutos sólo es necesario contar con profesorado suficiente y reorganizar los espacios disponibles para garantizar la distancia de seguridad que exige la pandemia".