No hay quien pare al Unicaja a estas alturas. El equipo malagueño comenzó bien la temporada, ofreciendo unas buenas sensaciones que, a día de hoy, son una
realidad al alcance de muy pocos equipos en Europa. De hecho, no hay quien le tosa desde mediados de marzo. Hasta ahí hay que irse para encontrar la última derrota del conjunto verde (blanquiazul en su última cita).
Contra el Joventut volvió a demostrar una vez más que
no es un equipo para nada “sobrevalorado”, sino que hay que poner en valor cada una de las cosas que hacen los pupilos de Ibon Navarro. Dentro del parqué, es una plantilla que combina perfec tamente unos automatismos que todos saben aplicar con una capacidad de innovación propia del que se atreve a probar cosas nuevas, consciente de que le sale todo.
No en vano, hoy tendrá la oportunidad de acumular su vigesimoprimera victoria consecutiva. Para ello, deberá
imponerse en el Martín Carpena a un Baxi Manresa que es decimoquinto y debe sumar, como mínimo, un triunfo en las cuatro jornadas que restan, si no quiere que los otros dos equipos andaluces, Betis y Granada, le compliquen la vida en la
lucha por la permanencia. La empresa se antoja complicada si tenemos en cuenta que se enfrenta a cuatro equipos de la parte alta: Unicaja, Valencia, Breogán y Gran Canaria.
El equipo costasoleño tiene la oportunidad de aprovecharse de esta situación para
seguir al acecho de Lenovo Tenerife. Ibon parece que será cauto con
Alberto Díaz y, pese a que se está recuperando a buen ritmo, su regreso podría esperar hasta el día del Real Madrid. Con
Darío Brizuela también se está teniendo paciencia, conscientes de que todavía queda una Final Four y un play-off por disputarse. Todos los focos estarán sobre un Kendrick Perry que ha llegado a esta recta final en un estado de forma inmejorable, como demostraron sus 17 puntos del pasado domingo.