El Sindicato Médico de Málaga ha convocado este jueves una
concentración a las puertas del centro de salud Trinidad Jesús Cautivo, sede del Distrito Sanitario Málaga-Guadalhorce, para denunciar el
incremento de agresiones a los facultativos y exigir medidas urgentes a la Administración. Solo en enero ya se han registrado ocho ataques contra médicos en la provincia, lo que evidencia una problemática en aumento y una creciente preocupación entre los profesionales sanitarios.
Pedro Navarro, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Málaga, lamentó la necesidad de organizar este tipo de actos y recalcó la postura de "
tolerancia cero" del colegio ante cualquier tipo de agresión. "Desde el colegio tenemos implantado un equipo jurídico 24 horas para asesorar y acompañar a los médicos agredidos en todo el proceso legal. Pero lo ideal sería que estas situaciones no ocurrieran", declaró. Navarro subrayó que los médicos no son responsables de los problemas estructurales de la sanidad, como las listas de espera o la falta de recursos, y pidió a la sociedad que no los convierta en blanco de su frustración. "
El médico también sufre la precariedad del sistema. Nos vamos a casa preocupados cuando no podemos ofrecer a nuestros pacientes las pruebas o la atención que necesitan", añadió.
Teresa Valle, delegada del Sindicato Médico y responsable de Prevención de Riesgos Laborales, detalló
varios episodios recientes de violencia, incluyendo tres agresiones ocurridas el pasado 24 de enero en dos centros de salud distintos. "Los ataques se produjeron en Miraflores de los Ángeles y Alhaurín el Grande. En uno de los casos, el agresor incluso causó desperfectos en el mobiliario del centro. Estamos ante un problema grave y cada vez más frecuente", denunció Valle, quien responsabilizó directamente a la Administración por la falta de medidas de seguridad. "Es una negligencia. Estamos exigiendo personal de seguridad en los centros de salud, especialmente en aquellos con un alto número de agresiones, y la
implantación efectiva del plan contra las agresiones del SAS, aprobado en 2020, pero nunca aplicado", subrayó.
Desatendidos por las instituciones
La falta de seguridad es especialmente preocupante en centros donde los
médicos trabajan en situaciones de riesgo extremo. Valle mencionó el caso de Alhaurín el Grande, donde la ambulancia es zarandeada con frecuencia a la entrada y salida del centro de urgencias y los pacientes han llegado a irrumpir en consultas para robar medicación. "Los sanitarios no pueden seguir trabajando en estas condiciones.
¿Qué más tiene que pasar para que la Administración reaccione?", se preguntó.
Por su parte,
Enrique Vargas, gerente del Instituto Sanitario de Málaga, destacó que el problema de las agresiones no es exclusivo de la provincia ni de la comunidad autónoma, sino una tendencia que se repite a nivel nacional. "Las agresiones no solo afectan a médicos, sino también a
enfermeros y personal administrativo, que son la primera cara visible del sistema", explicó. Vargas resaltó la importancia de la educación en la prevención de la violencia contra los sanitarios y denunció que muchos de los agresores actúan con total impunidad. "Se están implementando protocolos y medidas para reforzar la seguridad, como la presencia policial en los centros de salud y la denuncia de oficio en casos de agresión, pero necesitamos ir más allá", aseguró.
Entre las causas que han favorecido este incremento de agresiones, Vargas apuntó a un
mayor control sobre la dispensación de ciertos medicamentos, como las benzodiazepinas y los estupefacientes, lo que ha provocado la reacción violenta de algunos pacientes. También señaló que las agresiones no solo provienen de personas con problemas de drogadicción o enfermedades psiquiátricas, sino que también ocurren entre pacientes sin antecedentes de este tipo. "Por eso insistimos en que la educación es clave para revertir esta situación. La sociedad debe entender que los sanitarios están para ayudar y que la violencia no es aceptable bajo ninguna circunstancia", concluyó.
Los médicos han dejado claro que
no van a permanecer en silencio ante esta escalada de violencia. Tanto el Sindicato Médico como el Colegio de Médicos de Málaga han anunciado que continuarán sus campañas de concienciación y movilización hasta que la Administración tome medidas eficaces para proteger a los sanitarios y garantizar su seguridad en el ejercicio de su profesión.