La Policía Nacional ha intervenido en una
operación conjunta con la Guardia Aduanera de Portugal 1.680 kilos de cocaína de una organización criminal asentada en Torremolinos (Málaga) que usaba el tráfico marítimo recreativo del Caribe a la Unión Europea para trasladar la droga de forma desapercibida en embarcaciones tipo velero.
Según informa la Policía Nacional en una nota de prensa, durante la
operación han sido detenidas cuatro personas pertenecientes a la organización vinculados al
transporte internacional de cocaína en una embarcación de tipo velero procedente de Sudamérica.
Las investigaciones comenzaron en marzo de 2024, cuando los agentes lograron
identificar a cada uno de los integrantes de esta organización asentada tanto en Dinamarca como en Torremolinos. Todos sus miembros estaban vinculados con el transporte internacional de cocaína, y para ello utilizaban embarcaciones de recreo tipo velero.
EMBARCACIONES EN FRANCIA Y PORTUGAL
Los agentes comprobaron que esta organización
disponía de más embarcaciones de este tipo usadas para el tráfico recreativo marítimo desde el Caribe a la Unión Europea, localizando una de ellas en el puerto de Cap d'Agde, en la costa mediterránea francesa.
Diversos problemas técnicos surgidos en este velero hicieron que la organización se decantase para el transporte de estupefaciente por la embarcación que mantenía amarrada en Portugal. Al mismo tiempo, los agentes consiguieron identificar a otros miembros de la organización.
La Policía ha informado de que la investigación sufrió un bache en el año 2024, cuando el velero que según las sospechas de los agentes era
utilizado para transportar la droga fue enrayado en Portugal y abandonado por la tripulación para regresar a su país de origen, realizando previamente un viaje hasta Torremolinos, donde residían los líderes de la organización investigada.
TRAVESÍA TRANSATLÁNTICA
A principio de 2025, los agentes detectaron que los integrantes de la organización retomaron las actividades delictivas cuando se detectó que
algunos de los integrantes regresaron a España y otros a la localidad de Portimão (Portugal), utilizado como puerto de paso por los traficantes, para volver a hacerse cargo del velero.
Esta embarcación inició la navegación rumbo sur, realizando una parada en el puerto canario de Arrecife, donde se reunieron los tripulantes con el resto de investigados, incluido los afincados en Torremolinos, supervisando así los preparativos finales para el comienzo de la travesía trasatlántica. Por estas razones, los investigadores solicitaron la reapertura de la causa judicial.
La organización criminal investigada tenía numerosos vínculos con los cárteles sudamericanos, suministradores de la droga. En este sentido, los
agentes detectaron frecuentes desplazamientos internacionales a países como Colombia, Brasil y República Dominicana.