Las protectoras de animales tienen marcada a fuego la fecha del 7 de febrero. Acaba la temporada de caza y, como consecuencia, empieza el calvario para muchos de los perros que son utilizados para estas prácticas que acaban abandonados o maltratados buscando una segunda oportunidad en refugios. Una triste realidad contra la que Málaga protestará este sábado con una concentración, a las doce horas en la Plaza de la Marina de la capital, donde colectivos animalistas reivindicarán dignidad y denunciarán el maltrato a galgos, podencos, bretones y otro tipo de perros usados para estas prácticas.
Desde allí recorrerán calle Larios, hasta la Plaza de la Constitución, donde se hará lectura de un manifiesto. Serán, precisamente, los galgos y podencos de los asistentes quienes encabecen la marcha.“Os esperamos a todos para mostrar el rechazo hacia el trato recibido por los perros de caza, antes y después de la temporada, para dar a conocer las vejaciones a las que se les somete y con el afán de promover su adopción”, explica el colectivo convocante en la capital, Málaga Perruna. Además, reclamarán a las autoridades un control exhaustivo más de las condiciones de estos animales y el cumplimiento de la ley.
Protesta simultánea en toda España
La de Málaga no será la única concentración que se realice en la jornada del sábado. Ciudades como Madrid, Barcelona, Alicante, Murcia, Gijón, Cáceres, Las Palmas, Salamanca, Santander, Sevilla, Segovia, Mérida, Toledo o Zaragoza también han convocado concentraciones en protesta por el uso de estos perros en la caza.
Desde el Partido Animalista (Pacma) llevan años denunciando las prácticas de cazadores y sus consecuencias. Galgos ahogados en pozos, en contenedores, malheridos y abandonados con desgarros en la piel para extraer el chip que les identifica para evitar que se localice a los propietarios son algunas de las estampas que cada año se repiten.
El partido insiste en la necesidad de legislar que se prohíba la caza con galgos y se endurezca el control a los maltratadores en una realidad que, dicen, no es “una leyenda negra”.