Culpables

Publicado: 14/05/2025
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Uno de los aspectos que me suelen llamar más la atención es ver cómo se tiende a buscar culpables fuera del análisis real que cada cual debe hacer
Una de mis aficiones sociales es la observación, me gusta ver cómo la gente se comporta, cómo reacciona ante las circunstancias y cómo domina, o no, las emociones y sentimientos que se crean ante situaciones habituales. Seguramente sea ‘deformación profesional’, dado que es mi ‘pan de cada día’. Dirigir un Centro de Rehabilitación de Drogodependientes requiere de dichas habilidades y estos 33 años han dado para mucho. Para mí es fundamental, porque que me permite entender mejor la complejidad de las relaciones humanas, que no dejan de sorprenderme.

Dentro de este enfoque observacional, uno de los aspectos que me suelen llamar más la atención es ver cómo se tiende a buscar culpables fuera del análisis real que cada cual debe hacer de aquello que ha construido y que por múltiples razones no llega a lograr las expectativas. Reconozco que no es fácil asumir el fracaso y combatir la frustración no es tarea sencilla, sobre todo cuando se invierte tiempo, esfuerzo y dinero. En muchos casos es normal que esa rabia y frustración inicial se inicie visceralmente y nuestra mente se nuble buscando desesperadamente encajar piezas desde esa perspectiva externa, intentando con ello fintar el fracaso, algo que no podremos evitar. Lo solemos ver en política, en el fútbol o en las relaciones de pareja: “la culpa siempre es tú”.

‘En verdad’, esa impronta que nos suele asaltar en primera instancia es lógica y aceptable, cayendo por su propio peso a medida que el tiempo sana dicha desilusión, imponiéndose la madurez -quienes la tengan- y triunfando la realidad que impera en cualquier aspecto de nuestra vida, aunque no siempre sea la más acertada. Este hecho nos hace perder la perspectiva y la oportunidad de reflexionar sobre nuestras propias acciones, aprendiendo así de ese fracaso y contribuyendo con la experiencia en acciones futuras. Y que conste que en muchos casos existe ese culpable externo, y no, el tiempo no siempre pone a cada uno en su lugar, y es mejor que esto lo aprendamos con rapidez. Seguramente no nos hará triunfar, pero por lo menos seremos conscientes de ello.

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