También se refirió a la gestión de Bolsonaro como una "plaga de langostas" y un "huracán" que destruyó los avances sociales
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó este jueves un decreto que garantiza un fuerte estímulo al sector cultural, al que defendió frente a los "ignorantes" que lo consideran un mero "gasto" y "pornografía".
"Los ignorantes de este país necesitan aprender que la cultura no es un gasto, no es pornografía, no es algo menor (...), significa empleo y millones de oportunidades para la gente que necesita comer", dijo el mandatario en un acto en la ciudad de Salvador.
En el evento, Lula firmó un decreto que regula la llamada "Ley Paulo Gustavo", bautizada así en honor al fallecido actor homónimo, víctima de la covid-19, y que destina 3.800 millones de reales (770 millones de dólares o 706 millones de euros) para iniciativas culturales.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) aprovechó la ocasión para cargar contra su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro, al que acusó de forma implícita del "asesinato" de la cultura durante los cuatro años que estuvo en el poder, entre 2019 y 2022.
También se refirió a la gestión de Bolsonaro como una "plaga de langostas" y un "huracán" que, en su opinión, destruyó los avances sociales puestos en marcha durante los Gobiernos del PT, primero con él (2003-2010) y después con Dilma Rousseff (2011-2016).
"Si ustedes necesitan más cultura, vamos a tener que poner más dinero para cultura", prometió el jefe de Estado durante el acto, al que también asistió la ministra del área, la cantante Margareth Menezes.
Su discurso se vio interrumpido al principio por una mujer, a la que Lula invitó a subir al escenario. Entre lágrimas y muy nerviosa, le dijo al gobernante: "Nuestro pueblo está muriendo".
Acto seguido, se abrazo a él, se puso de rodillas delante de él y le entregó una carta.
Lula retomó segundos después su pronunciamiento emocionado y con la voz entrecortada.
"Esta mujer representa un poco de aquello que pasa el pueblo brasileño. Este país se transformó en el más alegre y optimista del mundo, llegó a ser la sexta economía del mundo", "pero el destino nos lanzó una plaga de langostas que en apenas cuatro años destruyó todo lo que hicimos", expresó.
Por ello, se comprometió a hacer "lo posible e imposible" para "arreglar este país".