Menores desamparados en busca de una familia en la provincia

Publicado: 05/06/2018
En la provincia de Cádiz ahora mismo hay más de 350 menores que se encuentran a la espera de ser acogidos por familias
En España, más 15.000 niños y niñas menores de 18 años están en situación de desamparo. En Andalucía son más de 2.600 y en la provincia de Cádiz  más de 350  se encuentran en centros de menores  a la espera que una familia les acoja de forma temporal.

Un niño desamparado es aquel con edades comprendidas entre los cero a los 18 años que por diversas circunstancias familiares (abandono afectivo, abandono físico, maltrato, abuso sexual o porque la familia de origen no pueda atenderle) es apartado de su familia biológica ya la Junta de Andalucía ha retirado la custodia a sus padres. La administración los pone en unas manos más seguras y estables que permitan que les desarrollarse hasta que sus padres biológicos pueden responsabilizarse de ellos otra vez.

Retirada la custodia, primero se les entrega a otros miembros de las familias biológicas, caso de abuelos, tíos, y si no es posible se les lleva a un centro de acogida.

 ¿Cuánto tiempo dura esa estancia? El preciso para que sus padres se recuperen o bien para que el juzgado establezca que el menor pase a la adopción porque no hay posibilidad de retorno con la familia biológica. Puede ser de seis meses hasta los dos años de manera provisional o hasta que el menor cumple los 18 años y sea considerado adulto por la ley. En ese tiempo el niño está velado por la Junta de Andalucía en una situación de guarda y custodia.

Hay otra alternativa: que sean acogidos de forma temporal por una familia diferente a las suyas. 

Juan Molina y César Muñoz son miembros de la Asociación de Familias Solidarias para el Desarrollo Afasode, en la provincia de Cádiz, creada para promover el acogimiento familiar. Ambos aplauden el trabajo que se realiza en los centros de la Junta , pero aseguran que un niño siempre vivirá mejor en un ambiente familiar que en unas instituciones rodeado de técnicos. “Los centros realizan una labor estupenda. No podemos pensar en esos centros de antaño, lúgubres, que daban miedo. Ahora están preparados con sus monitores, sus psicólogos y sus medios necesarios, pero los niños necesitan un entorno familiar", asegura Molina.

Vecino de Chiclana, Juan Molina forma una familia monoparental, lo que no le ha impedido no sólo tener en su casa a niños desamparados, sino adoptar a dos y criarlos sin mayores problemas que los que tiene cualquier familia española. Ahora además funciona como padre de apoyo de un chaval de 17 años que está en un centro.

“Complicarme la vida? Por favor, no diga eso. Es una satisfacción  saber que durante ese tiempo que ha estado conmigo, su familia biológica se ha recuperado y él retorna a una casa que le seguirá dando  estabilidad y cariño y ya será para siempre. Cuando te das cuenta de lo que has hecho y luego te llega otro, te dices que lo que te llega es otra posibilidad para seguir ayudando", responde.

En la provincia de Cádiz, hay un millar de menores 909 menores bajo la tutela de la Junta de Andalucía. De ellos, 523 lo hacen en familias: 396 con su familia extensa y 127 lo hacen en familias ajenas.

Para Afasode, es preciso que ese medio millar de chavales también tengan la posibilidad de encontrar a familias de acogidas. Por el momento son 149 las familias que están asociadas a Afasode y debido al gran número de chavales en régimen de desamparo,  algunas de ellas se hacen cargo de más de dos menores

Para Molina, el número de familias que se atreven a dar este paso es  reducido. Asegura que la gente desconoce la cantidad de menores que hay en esta situación y también lo complicado que es para estos chavales vivir así.  “Estoy convencido de que si muchas familias se enteraran de esta posibilidad, darían este paso adelante, porque no supone mayor esfuerzo que el tener contigo, como si fuera tu sobrino, a alguien que viene de fuera. ¿Quién no daría apoyo a un niño cuyos padres se tienen que ir un par de años al extranjero?  ¿Y le daría luego lastima devolverlo a sus padres? Claro que no, por mucho cariño que le cogiera. Si este tema generara alarma social mucha gente daría el paso”, reflexiona Molina.

La  asociación admite que tomar la decisión de acoger a uno de estos chavales es difícil y que siempre está latente la cuestión de que se trata de una situación temporal y que siempre se cogen los cariños al menor.

Juan Molina explica  que cuando se habla de acogimiento no se habla de una adopción, que es cuando un adulto tiene necesidad de ser padre o madre.  En el acogimiento es la responsabilidad que un adulto tiene de ayudar a un niño que necesita una familia. "Nunca se buscan niños para familias, sino familias para niños que las necesitan. Es cierto que estas familias lo pasan mal cuando estos menores bien son adoptados o regresan con sus familias de origen, pero hemos visto que merece la pena que ese niño esté en lugar de un centro en un entorno familiar, darle el cariño, ver cómo crece con naturalidad y darle otro referente de familia, que conozcan que no sólo hay familias que abandonan o maltratan, sino otras que las cuida, cubre sus necesidades y le da cariño”, declara.

Un plan para los chavales que se hacen adultos

“Cuando se cumple los 18 años, la Administración deja de prestarles apoyo y los deja en la calle. Cuando se trata de niños nacionales, ¿dónde van a volver? Pues a las familias de donde tuvo que retirarlo y si había un ambiente de maltrato, de abusos, de delincuencia, vuelven otra vez allí”, asegura el secretario de la Asociación de Familias Solidarias para el Desarrollo , Juan Molina,

Si se trata de un chaval que ha llegado a España como inmigrante irregular siendo un menor, la situación puede incluso ser peor, ya que también queda en la calle, donde no tiene familia y en muchos casos sigue sin tener arreglados los papeles para permanecer en el país.  “Van literalmente a la calle, porque aquí no tienen ni familia. Si estaban estudiando en los centros se les corta de forma brusca la posibilidad de un futuro. Y son chavales que están deseando trabajar. Tienen mucha motivación para seguir adelante”, explica Molina.

Ante esta situación, Familias Solidarias reclama  a la Administración que amplía la edad de cobertura para estos menores hasta los 25 años y les garantice un sistema de apoyo económico y una vivienda y se les permita que puedan estudiar.

La asociación va a montar un piso para ocho chavales para asumir  lo que tiene que hacer la administración: darles cobijo, intentar formarles..

Tienen mobiliario, un equipo de voluntarios para atenderles, pero les falta la vivienda. La Agencia de Viviendas de Andalucía ha conveniado con la asociación pero por el momento no le puede ofrecer un piso con un alquiler social.

Contactos con la asociación

La Asociación Familias Solidarias de  Cádiz no sólo promueve el acogimiento familiar, sino que ofrece información, formación y apoyo para las familias de acogida y colaboradoras, con objeto de mejorar los procesos y mediar en las dificultades que surjan.  Se puede contactar con esta entidad en el teléfono 661 3088 66 y en el correo asfamiliasolidarias@gmail.com

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