Un jurado popular ha declarado este jueves culpable de asesinato a la madre de la bebé hallada muerta el 16 de enero de 2018 en el vertedero de Alhendín (Granada), después de que la joven reconociera en la primera sesión del juicio que golpeó a su hija contra una pared nada más nacer y que fue su padre, el abuelo materno de la pequeña, el que tiró el cadáver a un contenedor.
El jurado ha declarado culpable a este último de un delito de abandono de menor, según han informado a Europa Press fuentes del caso. Ha leído su veredicto sobre las 18,30 horas en la Audiencia de Granada tras deliberar durante toda la jornada, después de que el jueves la Fiscalía mantuviera su petición de prisión permanente revisable para los dos acusados.
En la primera sesión del juicio ambos declararon que, aunque la joven pidió a su padre que no llamara a una ambulancia y que le ayudara en el parto, él decidió marcharse, de forma que dio a luz por sus propios medios en una habitación de la vivienda familiar, en Talará, en la localidad de Lecrín (Granada), en presencia de su hija de 18 meses entonces.
Según su testimonio, cortó el cordón umbilical con unas tijeras, cogió a la bebé y la golpeó contra la pared. "Estoy muy arrepentida, ojalá pudiera volver atrás", llegó a decir la joven, de 25 años, que justificó su forma de proceder ante la falta de apoyo familiar y de medios económicos para sacar adelante a la que iba a ser su segunda hija.
Cuando el abuelo materno llegó ya estaba muerta y, según su propio testimonio, limpió los vestigios del parto y se deshizo del cadáver introduciéndolo en una bolsa de basura que tiró en un contenedor en el municipio de Albuñuelas, tras caminar durante dos horas.
Durante el juicio los peritos ratificaron el informe de la autopsia, que determinó que la niña nació viva y sana y que la causa fundamental de la muerte fue un traumatismo cráneo encefálico y la causa inmediata, un shock postraumático. Según los forenses, el bebé presentaba diversas lesiones y fracturas, unas ocasionadas en vida que le produjeron su muerte y otras después de fallecer, como consecuencia del paso por distintos lugares hasta que fue encontrada en el vertedero de Alhendín por un operario.