Los sevillanos, y muchos foráneos, han acogido con ganas la Feria de Abril, desde el sábado (no hablamos de prefería) y con un domingo festivo en el que se ha notado que hay ansias de fiesta, a pesar del calor (aunque no tanta como se temía) y a pesar de los precios, que ha llevado a más de uno a llegar a la caseta comido, pero es verdad que el sábado y el pescaíto hicieron mucho, de modo que más de uno ha llegado arrastrando la resaca del día anterior.
La Feria de Sevilla tiene poco de contar si no se está en la feria, es decir, que hay que vivirla y que cada uno la cuenta como le viene y como la disfruta. Es lo que ocurre cuando el tiempo acompaña, el festivo invita y las ganas arrastran, porque el Real de Los Remedios estaba a reventar y si no, que se lo digan a los carruajes y caballistas que, como todos los años, han invadido el recinto en las horas centrales del día.
Ha hecho calor y mucho, pero no ha sido de las jornadas más insoportables que se han vivido en otras ocasiones bajo las casetas. Cierto, que sí, que el abanico se ha hecho imprescindible y las calores invitaban al rebujito y a la cerveza, pero ha sido soportable, siempre y cuando uno no se pusiera al sol o no entrara cuando no se podía entrar en las casetas. Porque es lo que ocurre de vez en cuando, que la caseta se llena y mucho… hay que darse una vuelta y eso es lo que han hecho muchos… con permiso de los caballos, que hoy parecía que estaban todos en el Real.
La Feria ha vuelto a ser la pasarela perfecta para que se reivindique el traje de flamenca y eso de que sea el único traje regional que cada año se adapta a la moda. Los ha habido de todos los colores y estilos, dominaban más los de volantes bajos, aunque los colores, qué decir de los colores, daba igual que fueran lunares, rayas o incluso estampados, la variedad es tal que puedes ver una reunión con ochenta estilos a la vez o una familia entera con la madre y todas sus hijas con el mismo traje
colorao.
Es un lujo apreciar la variedad y el estilo de un traje que, teniendo tres reglas básicas, es tan diverso como completo, que sólo necesita color (con permiso de algunos elegantísimos trajes negros) y sí, un poco de arte, genio, “ange” para llevarlo, pero no es imprescindible, sobre todo cuando va cayendo la tarde, porque el traje, el de corbata masculino también, deja paso a otros estilos. Eso sí, que es domingo de feria y mínimo, algo de elegancia sí que hay que llevar.
Pero en la feria, el traje, el caballo, el coche de caballos, no es nada sin la caseta, esa que este año sí que ha subido un pelín más de la cuenta los precios pero que sigue siendo el alma de la feria. Uno puede pasearse por el real, pero no vive la feria hasta que no disfruta del comer, el beber y el bailar (que no es obligatorio) en una o más de una de sus casetas.
Bailar es una tradición, pero no tiene porqué ser obligatorio. Lo decía el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ante las cámaras de 7TV en su especial Ganas de Feria. “El que no sea sevillano, no tenga un conocimiento mínimo de lo que es una sevillana, le recomendaría que no se meta en nada”, decía el alcalde, recordando que “se puede disfrutar mucho de la Feria sin bailar una sevillana, tampoco es necesaria”.
Sanz, que reconocía lo especial que es esta feria porque es su primera como alcalde, ya avanzaba que en la noche del pescaíto y el Alumbrao se había notado una mayor afluencia que el pasado año, algo que demostraban los drones que habían sobrevolado el Real, una imágenes que aseguraba eran “espectaculares”.
Para Sanz, la Feria es una de las dos fiestas, junto con la Semana Santa, más importante de la ciudad, un “motor económico” y que ambas generan un impacto en la ciudad de “entorno a los 6.000 millones de euros”, por lo que son fiestas que el Ayuntamiento “tiene que cuidar y potenciar”-
El alcalde destacaba el dispositivo de seguridad, con los mil agentes de la Policía Local y “la colaboración imprescindible de la Policía Nacional y de todos los servicios municipales que colaboran como Bomberos, Tussam Lipasam....Todos ellos, gracias a su profesionalidad, hacen posible que disfrutemos de una grandísima feria”.
También quiso destacar la puesta en marcha de un Plan de Accesibilidad que no existía hasta ahora y que ha permitido que “en cada cruce hayan rebajes de los bordillos que permiten moverse mejor a quienes tienen movilidad reducida. No me cabe la menor duda de que este año la van a disfrutar más”.
Es domingo de feria y queda casi una semana por delante, especialmente, el día festivo, el miércoles, el que suele ser con el domingo el de mayor afluencia. El que el cuerpo y el bolsillo aguante la feria larga lo decidirán los sevillanos en referéndum después de la Feria. ¿Y usted, qué opina?