Continúa, exitosamente, el caminar delciclo Nocturama 2013, tanto a nivel musical como de asistencia de público. Así, las noches en los jardines del Monasterio de La Caruja se están convirtiendo en punto de encuentro habitual para los sevillanos que no pueden escapar de las altísimas temperaturas que soportamos en este comienzo de la temporada estival y que tienen gusto por escuchar buena música en directo.
El próximo viernes 19 de julio será el turno para Los Labios, banda de reciente formación, en la que músicos de alto nivel dan cobertura al vástago del mítico Silvio Fernández Melgarejo.
Sammy Taylor, después de un tiempo conociendo la ciudad donde se idolatra a su padre y cantando junto a los que fueron sus compañeros en los escenarios, músicos como Pájaro, Pive Amador y otros, se enroló durante un tiempo en la Banda Dientes Largos, en la que milita Pedro García Mauricio, guitarrista que tocó junto a Silvio, entre otros.
Ahora, con Los Labios, apuesta por dar un giro a su carrera e intentar asentarla en España con fuerza. Los mimbres son de alta escuela.
Álvaro Suite (guitarra, voz), de Pinball y guitarra en la banda de Enrique Bunbury; Charlie Cepeda, guitarrista de Kiko Veneno, compositor de infinidad de canciones para otros artistas y miembro de Canijo Royal Trío, junto a Dogo y José Suero; Ricki Candela (bajo), de La Mula Jam Band y Las Muñecas de Calle Feria; y Fernando Queen (batería), de Rarefolk, una de las bandas más longevas e internacionales de estas latitudes.
El evento se completa con Stick Buzos, banda sevillana que formó parte de la explosión indie nacional de la década de los 90 y que vuelve a los escenarios tras más de doce años inactiva.
Las expectativas para este concierto, pues, son grandes, pero el listón se ha situado muy alto después de la apoteósica comparecencia de Pájaro y su banda el pasado día 4 en ese mismo escenario. El de Alcosa, deleitó a los presentes, que abarrotaron el recinto, con un concierto pleno de fuerza y calidad que terminó de consagrar, en su tierra, a este músico.
Después del concierto eléctrico dio paso a unos bises, en acústico, que fueron aplaudidos y jaleados como hacía tiempo un servidor no veía.
El gran reto, ahora, es el de dar continuidad a este Santa Leone, sin bajar el grado de calidad mostrado en la última joya de la música sevillana.
El espagueti, el swing y los sones de las marchas de Semana Santa, fusionados con el rock & roll, volverán a plasmarse en un nuevo trabajo discográfico en el que los chicos de Happy Place tendrán que esmerarse, como ya hicieron, para colocar a Andrés Herrera Ruiz donde sin duda merece, en lo más alto del panorama musical contemporáneo de nuestro país.
La música en Sevilla goza de buena salud, eso es incuestionable. Y a las pruebas me remito.
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