Mientras disfrutaba de unas cortas vacaciones en casa de unos familiares en Torremolinos, en la Navidad de 1961, hace ahora justamente 50 años, el maestro cántabro Emeterio de Puertovictoria compuso la música y el texto del “Villancico de Torremolinos”, a cuatro voces mixtas. Del mismo escribió también una versión fácil para estudiantes de primer año de piano.
El villancico, inédito hasta la fecha, fue presentado al año siguiente (1962) a un orfeón malagueño para su ejecución; pero éste lo rechazó sin apenas examinarlo, aduciendo que ya tenía demasiados cánticos navideños en su repertorio, aparte de que sus miembros habían decidido no interpretar más villancicos que los popularmente conocidos. Lo mismo sucedió después con otros orfeones, e igualmente con varios coros rocieros, tanto de Málaga como de las provincias limítrofes, en tanto que las corales del Norte no estaban interesadas en la obra por la obvia razón del título. Por otro lado, la práctica totalidad de las agrupaciones vocales tenían sus propios compositores, por lo que, debido al compromiso interno, se obligaban a no aceptar piezas de personas ajenas a su entorno, a no ser que se tratase de autores de renombre. Durante cinco años recorrió el maestro las pocas sedes cantoras andaluzas entonces existentes, y alguna no andaluza, sin éxito.
En vista de que resultaba harto difícil encontrar un solo grupo que siquiera se dignase mirar la pieza para al menos sopesar su calidad artística, y si interesaba aceptarla o no, el maestro optó por dejarla olvidada entre los centenares de partituras de su autoría que corrían la misma suerte. Su único heredero, ya fallecido, había rescatado la partitura y tratado de presentar el villancico a varias corales y grupos rocieros andaluces, incluídos los del municipio torremolinense, con el mismo resultado negativo que obtuviera el propio maestro en su día. Finalmente aquel entregó, hace algunos años, una copia manuscrita de la partitura a uno de los redactores de este semanario, que la transcribió a caracteres de imprenta mediante un programa informático musical, y también realizó, sin éxito, las pertinentes gestiones para su estreno.
Hoy, conocedores de las vicisitudes por las que atravesó el “Villancico de Torremolinos”, y ante la excelente calidad de su música y su letra, hemos considerado oportuno, después de haber escuchado sus notas al piano, insertar el texto en estas páginas, como primicia a los lectores, dentro de la sección “Gentes y tradiciones de Torremolinos”, dada la feliz circunstancia de que la letra del primer verso del villancico, que comienza con la expresión “Gentes de Torremolinos”, viene a coincidir con el título general de esta sección periodística, en la que el villancico se inserta hoy, sección en la que colaboran diferentes escritores y que gira bajo el epígrafe de “Gentes y tradiciones de Torremolinos”.
Ofrecemos, pues, por primera vez a nuestros lectores la letra del Villancico de Torremolinos por si, en un postrero esfuerzo, se diera la remota posibilidad de que alguna de las agrupaciones locales o no locales, sean corales o coros rocieros, se interesara, ya de cara al año que viene, en esta hermosa pieza navideña, no exenta de cierto matiz clásico al estilo de la popular melodía de “Noche de paz”, aunque algo más movida. (Para grupos corales y coros rocieros, e incluso colegios, que pudieran estar interesados en contactar, la dirección del correo electrónico es uniprensa@hotmail.es).
VILLANCICO DE TORREMOLINOS
(Música y texto originales del maestro Emeterio de Puertovictoria)
I
Gentes de Torremolinos
en noche de parabién, g
ozosas por los caminos,
van al portal de Belén.
Un sol de oro los guía
del alba al anochecer
y un corazón de alegría
al Niño le han de ofrecer.
II
Muelen amor los molinos,
con blanco trigo a la par,
y entonan sones divinos
con su feliz molturar.
Aguas de los manantiales,
de nuevo al cauce volved,
molinos hoy celestiales
sin pausa prestos moved.
III
Lleva la paz esta noche,
llévala con esplendor,
y que se haga derroche
en todo tu alrededor.
Pueblo de Torremolinos,
gloria que esplende al albor,
desde la playa a los pinos
tú eres Belén del amor.
Torremolinos, Navidad de 1961