Con una red de narcos confesos con quienes mantenían vínculos de amistad y con los que compartían un grupo de Whatsapp
Dos policías nacionales destinados en la comisaría valenciana del Marítimo y un guardia civil en prácticas destinado anteriormente en Carlet han negado este miércoles ante la Audiencia Provincial haber colaborado en cuestiones ilícitas con una red de narcos confesos con quienes mantenían vínculos de amistad y con los que compartían un grupo de Whatsapp.
Tanto los policías como el guardia civil han admitido haber hecho consultas en bases de datos policiales relacionadas con los antecedentes policiales de alguno de sus conocidos o sobre matrículas siempre a petición de estos, pero han enmarcado estos hechos en su simple curiosidad, en labores profesionales o como un favor por el trabajo de alguno de sus amigos, siempre negando la trascendencia penal de su conducta.
A preguntas de uno de los letrados de la defensa, uno de los agentes de policía ha afirmado que "eso lo hacen todos los policías de España", y ha cuestionado si estas consultas son o no sancionables.
En el banquillo de los acusados se han sentado ocho personas y cinco de ellas, las que no forman parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, han admitido los delitos de tráfico de drogas, falsificación de documentos, conducción sin permiso, falsedad en documento oficial y blanqueo de capitales, por los que son acusados.
El fiscal pedía inicialmente penas de 9 años y 9 meses y de 4 años y 6 meses para los considerados cabecillas de esta red, pero se ha alcanzado un acuerdo que previsiblemente rebajará las condenas.
Los términos de este acuerdo todavía no se han comunicado oficialmente, se espera que se haga a la conclusión de un proceso que seguirá a partir del próximo martes con la declaración de testigos.
En esta misma causa, los uniformados están acusados de revelación de secretos y omisión del deber de perseguir delitos y el fiscal pide para ellos una condena de 3 años, además de su inhabilitación.
A los procesados se les localizó, en marzo de 2021, un kilo de cocaína, además de otras cantidades de otros tipos de sustancias, y 1,7 millones de euros en efectivo, y compraron hasta 5 viviendas en tres años (una de ellas en Ibiza) con los beneficios obtenidos del narcotráfico, según consta en el escrito de acusación del fiscal que han admitido cinco de los procesados.
En la vista celebrada este miércoles en la Sección Quinta, uno de los narcotraficantes confesos ha explicado que la relación con dos de los agentes nació en la adolescencia, que posteriormente conoció al tercero y que solían salir de fiesta.
Ha señalado además que por su profesión de vendedor de coches de segunda mano en ocasiones pidió a los agentes que le consultaran si constaba algún embargo sobre algún vehículo porque "por otra vía tardaba más".
Preguntado por el fiscal por qué pidió a los agentes que consultasen la matrícula de un vehículo policial camuflado, éste ha respondido: "Era un coche que me seguía bastante, anoté esa matrícula y le pregunté si tenía algún embargo o algo así, como siempre... No le dije la verdad".
Esta versión, es decir, que los agentes desconocían el motivo real de la consulta, es la que han mantenido los policías nacionales procesados.