La Policía Nacional ha informado este miércoles de las detenciones y de la investigación a un cuarto individuo, en Madrid, por distribuir contenidos de pornografía infantil.
Los investigados, ha detallado el 091, habían compartido decenas de vídeos -algunos de gran dureza por la corta edad de los menores que aparecen en ellos- y almacenado
numerosos archivos de abuso sexual infantil en sus dispositivos.
El detenido en Ceuta guardaba cientos de fotos y vídeos de pornografía infantil en una carpeta oculta de su teléfono móvil, así como en el disco duro de su ordenador.
La aplicación utilizada por los detenidos para difundir los archivos permite a los usuarios registrarse de forma anónima, sin necesidad de hacer visibles
sus datos ni el número de teléfono, por lo que es habitualmente utilizada por los delincuentes para evitar ser detectados.
La investigación se inició por agentes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia (UCC), dentro de las labores preventivas de ciberpatrullaje para la lucha contra la difusión de archivos de material de abuso sexual infantil a través de la web.
En el transcurso de la investigación, los policías detectaron una intensa actividad, por parte de cuatro individuos, en una aplicación de mensajería instantánea a través de la cual
habrían compartido decenas de vídeos de pornografía infantil.
Los agentes identificaron y localizaron a los cuatro investigados.
El primero de ellos, de nacionalidad inglesa y residente en España, fue detenido en el municipio alicantino de Altea y había enviado al menos
36 vídeos de gran dureza. El juzgado decretó la retirada de su pasaporte y la prohibición de salida de España ante la existencia de un posible riesgo de fuga.
El usuario ubicado y detenido en A Coruña compartió 29 vídeos muy explícitos a través de la misma plataforma.
Los agentes detectaron que, además, se valía de otras aplicaciones de mensajería instantánea y de chats para adolescentes con el propósito de contactar con ellos y
obtener material pornográfico infantil.
El arrestado en Ceuta envió a través de la aplicación numerosas fotos y vídeos,
algunos de los cuales estaban protagonizados por bebés.
Además, fruto de los registros practicados, los agentes descubrieron que almacenaba cientos de archivos, tanto en su teléfono móvil (en una carpeta oculta protegida con contraseña) como en el disco duro de su ordenador.
Además, en Madrid se localizó a otro individuo al que se investiga por haber distribuido varios archivos de este tipo, si bien durante el registro de su domicilio los agentes observaron que había cambiado su ‘modus operandi’ para hacerlo a través de la ‘dark web’, lo que creen que dificulta la acción de la justicia.
Como resultado de los registros realizados, los investigadores intervinieron tres teléfonos móviles, tres discos duros, dos memorias USB y un ordenador portátil.