El Valencia Basket quedó eliminado el sábado en los cuartos de final de la Liga Endesa tras una dolorosa derrota en la Fonteta ante el UCAM Murcia, un tropiezo que culmina un ejercicio en el que revolucionó la plantilla y realizó varias maniobras para mejorar pero que acaba casi igual que el anterior.
Para este curso, la entidad de la Fonteta, con Enric Carbonell de nuevo como director general, aumentó su presupuesto y lo elevó para todo el club a 25,4 millones frente a los 24,2 anteriores, de los que había gastado 23,8. Con eso, hizo una profunda renovación de la plantilla, con la salida de pesos pesados como Bojan Dubljevic y Sam Van Rossom, y la llegada de jugadores de primer nivel y en general de un perfil más físico.
Con la temporada en marcha, hizo hasta tres movimientos para reforzar una plantilla lastrada por las lesiones e incluso destituyó al técnico Álex Mumbrú para tratar de dar un impulso al equipo en el tramo final del curso.
En total, ha sumado cinco victorias más, 37 en 73 partidos frente a las 32 en 71 del curso pasado, una evolución insuficiente para cambiar los resultados globales de manera significativa, pese a haber dado algunos pasos adelante.
En la Euroliga de la campaña 2022-23 fue decimotercero, sumó quince victorias y acabó a cuatro de la octava plaza, que era la que daba acceso a cuartos de final. En este ejercicio, ha acabado en la misma posición con un triunfo menos, a las mismas cuatro victorias del octavo y a tres del décimo, que en este caso permitía disputar un cruce de acceso a los cuartos.
Una de las situaciones en las que sí ha mejorado es que, tras su debacle en el último mes de competición europea de la pasada campaña, en esta, en la que le valía ser décimo, estiró sus opciones hasta la penúltima jornada. A cambio, atenazado por la presión, sufrió en la Fonteta una dolorosa derrota ante un ASVEL que no se jugaba nada y que le dejó sin opciones.
En la Copa del Rey de 2023 en Badalona cayó en cuartos de final, pero llevó al límite a un Real Madrid que le derrotó por 86-85. En la de 2024 en Málaga, superó ese primer cruce ante un rival de menor potencial como el Gran Canaria, al que doblegó en la prórroga, pero volvió a caer ante el equipo madrileño y esta vez apenas le hizo ‘cosquillas’ (95-76).
El equipo valenciano ha sufrido menos en la fase regular de la Liga Endesa de esta campaña que en la de la pasada. En la 2022-23 ocupó la octava plaza, la última que daba derecho a los ‘playoffs’, con apenas 17 victorias. Después, en cuartos ante el Barcelona sucumbió por un claro 2-0.
Este ejercicio compaginó ambas competiciones con algo más de soltura. Aún así, y dada la enorme competitividad de este curso, en un momento llegó a estar en peligro la lucha por el título y el club destituyó a Mumbrú, muy señalado por la grada, y puso en su lugar al prometedor Xavi Albert, un técnico formado en la casa con una buena imagen en la Fonteta que ayudó a reconducir la situación.
Con él, el equipo firmó un buen mes final, con victorias muy meritorias ante equipos como el Baskonia, el Tenerife o el Real Madrid. Eso le permitió acabar cuarto con 21 triunfos y tener un rival teóricamente más asequible y ventaja de pista, pero nada de eso ha sido suficiente y ha vuelto a caer en cuartos, esta vez en el tercer choque pero ante un equipo muy inferior en presupuesto. Para rematarlo, su ‘verdugo’ ha sido un ex como Jonah Radebaugh, cuya salida facilitó el pasado verano.
Durante el curso, el Valencia ha agitado la plantilla para tratar de afrontar lesiones y solventar carencias por fichajes que no han funcionado. De hecho, pocos días antes del inicio, fichó a Stefan Jovic ante la lesión de Martin Hermannsson.
Después han llegado Justin Anderson, Kevin Pangos y Alpha Kaba. Si Jovic y Anderson han tenido un papel importante en la rotación, Kaba apenas ha tenido opciones y Pangos ha sido la gran decepción pues su fichaje llegó sin lesión de por medio con la idea de ‘redondear’ la plantilla y apenas ha rendido.
El pasado verano la decepción que había con los resultados llevó a dos movimientos bruscos. El club despidió como director deportivo a Chechu Mulero y contrató a Luis Arbalejo para acometer una profunda renovación en la plantilla. En cambio, se dio continuidad a Mumbrú, pese a estar ya muy señalado por la Fonteta y no contar tampoco con el favor del vestuario.
Salieron pesos pesados como Bojan Dubljebvic o Sam Van Rossom, pero también otros de ‘fondo de armario’ como James Webb III o Radebaugh y llegaron jugadores de primer nivel como Brandon Davies y Semi Ojeleye, y en menor medida Damien Inglis, y apuestas como Nate Reuvers, Boubacar Toure o Kassius Robertson, que no han encontrado su sitio.
Pese a sus intentos, el Valencia acaba el curso con una sensación no muy diferente al anterior, unos resultados frustrantes en un contexto muy complicado como es compaginar la ACB y la Euroliga, en el que el Real Madrid y el Barcelona se mueven con cierta soltura pero no sin dificultades y en el que un equipo como el Baskonia, con un potencial similar al ‘taronja’, ha completado una mejor Euroliga pero con el ‘precio’ de no ir a la Copa ni a los ‘playoffs’.