Un matrimonio formado por un hombre de 50 años y una mujer de 47 han reconocido ante un tribunal de València que insultaron, vejaron y humillaron repetidamente a la pareja de su hija con expresiones como "guarra", "zorra" y "lesbiana de mierda", y han aceptado una condena de seis meses cárcel y el pago de una multa de 540 euros cada uno.
Además de los seis meses de cárcel, pena que queda en suspenso si no delinquen en dos años, y los 540 euros de multa para cada uno, al matrimonio se le impone una inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión educativa, el tiempo libre y docente por cuatro años y medio.
La conformidad se ha producido antes de la vista oral prevista en la Audiencia Provincial de Valencia, donde inicialmente la fiscalía pedía un año y ocho meses de prisión para cada uno por un delito de odio y contra la orientación sexual.
El fiscal Héctor Melero ha explicado a los periodistas que ha acordado rebajar a un tercio la petición de pena al haber reconocido los padres los hechos y, de esta forma, admitir "que han obrado mal" tanto con la víctima, menor de edad cuando ocurrieron los hechos, en 2021, como con su hija, también de menos de 18 años en ese momento.
El representante del ministerio público ha señalado que el matrimonio ha reconocido que, "de manera reiterada", insultaban y vejaban a la víctima y que, incluso, llegaron a llamar a la madre de ésta última "con expresiones de claro contenido intimidatorio, humillantes y tendentes a evitar la relación que mantenían (la hija y su pareja), por no aceptarla".
A comienzos de 2021, la hija de la pareja comenzó una relación sentimental con la víctima que no agradó a los padres ya que consideraban que su hija no debía tener relaciones con mujeres sino con hombres, y que debía tener hijos.
El ministerio público sostiene que, mientras duró la relación, los acusados se dirigieron a la perjudicada movidos por la animadversión a su orientación sexual con insultos e incidentes cada vez que se cruzaban con la víctima por la calle o a la salida del instituto en un municipio de la comarca de La Safor, donde todos residían.
"No te acerques a mi hija", "lo tuyo es una enfermedad y se la estás contagiando a mi hija" son algunas de las expresiones que en alguno o varios momentos profirieron en espacios públicos y en presencia de testigos a la víctima, a quien el padre llegó a amenazar diciéndole que iba a barrer el suelo con su pelo.
El 12 de octubre de ese año en un recinto ferial, el padre acudió al lugar donde se hallaba su hija y su pareja con otras amigas y se dirigió a la victima de forma muy alterada y violenta, lo que asustó a las menores pensando que les iba a agredir y propició que tuvieran que intervenir preventivamente los vigilantes de seguridad antes de que la novia acudiera a la Policía Nacional a denunciar lo sucedido.