El Valencia Basket arranca este miércoles su temporada tras haberse puesto en manos de un técnico idolatrado por la Fonteta y avalado por su trayectoria
El equipo masculino del Valencia Basket arranca este miércoles su temporada tras haberse puesto en manos de Pedro Martínez, un técnico idolatrado por la Fonteta y avalado por su trayectoria, que espera que le sirva de escudo social y de gancho deportivo en una campaña en la que necesita éxitos en ambos terrenos ante el reto del cambio al Roig Arena, tan ilusionante como complejo.
Dentro de un año, el club valenciano iniciará su primera campaña en su flamante nuevo pabellón, impulsado y costeado por Juan Roig, su máximo accionista. La instalación está llamada a ser un polo de atracción deportivo y cultural de ámbito internacional pero, también, una casa que lleve al Valencia Basket a ampliar su base social, a aumentar sus ingresos propios y a instalarse definitivamente en la élite del baloncesto europeo.
Los grandes conciertos y eventos que acogerá el recinto, así como los campeonatos internacionales de diferentes deportes serán citas señaladas pero puntuales y parte fundamental de la actividad diaria o semanal la aportarán los equipos masculino y femenino del Valencia Basket. Que el futuro pabellón presente buenas cifras de asistencia tres o cuatro veces por semana sería un buen punto de partida.
El Valencia Basket cuenta actualmente con 7.500 abonados para una Fonteta con un aforo de unas ocho mil localidades y el Roig Arena tendrá una capacidad en 'modo baloncesto' para casi dieciséis mil personas, es decir, casi el doble.
Pero en realidad la base de la parte el club es una asistencia media las últimas dos campañas de 6.140 personas en los partidos del equipo masculino (6.320 la pasada campaña y 5.959 en la 2022-23) y de 3.218 en los del femenino (3.510 en el último ejercicio y 2.927 en el anterior).
Más allá de las cifras, las dos últimas campañas han aumentado la base social y la fidelidad respecto al equipo femenino pero en el caso del equipo masculino han supuesto por un lado una decepción deportiva y un divorcio social con buena parte de la hinchada 'taronja'.
La enorme exigencia que supone compaginar la Euroliga con la acb superó al equipo y quedó reflejada en la destitución en el tramo final de la pasada campaña de Álex Mumbrú, a quien el Valencia se había encomendado en 2022 para relanzar al equipo, incluso aunque su plan incluyera cambiar su tradicional filosofía de juego.
En ese ambiente y con este horizonte, que supone dedicar muchas energías y esfuerzos dentro del club a un complicado traslado y a crear nuevas inercias, el Valencia decidió este verano ponerse en manos de Pedro Martínez.
Encumbrado por el entorno de la entidad tras guiar al club en 2017 a su primer y hasta ahora único título de la acb, el exigente técnico supone un 'escudo' social puesto que goza del reconocimiento y el cariño de los seguidores, por lo que contará de inicio con el tiempo de gracia que no tuvieron otros para desarrollar su planteamiento.
Por eso, por encima de las cinco incorporaciones (el dominicano Jean Montero, Brancou Badio, Nate Sestina, Matt Costello y Ethan Happ), de la renovación de Semi Ojeleye o del ascenso al primer equipo del prometedor Sergio De Larrea, el fichaje es Pedro Martínez.
De momento, ambas partes han hecho ya por olvidar los desencuentros en la convivencia que, más allá del éxito deportivo, marcaron el final de su primera etapa en el club y que dificultaron un posterior rencuentro.
El juego rápido y atrevido en ataque que suelen desarrollar sus equipos se espera que sea un gancho que, por una parte, vuelva a atraer a quienes se han alejado de la Fonteta y por otra haga que otros tengan ganas de acercarse, algo clave para aumentar el número de abonados significativamente el próximo verano.
Pero, además de re-implantar un juego con el que la afición 'taronja' se siente más reconocida -fundamentalmente por compartir el balón-, el Valencia también cuenta con otro factor para volverse más atractivo: ganar más partidos.
Tras jugar las últimas dos ediciones de la Euroliga con invitaciones, el club no la recibió para esta temporada. Aunque el discurso oficial de la entidad era que se quería repetir, la realidad es que se valoraba como una opción muy positiva dar un paso atrás y coger impulso en la Eurocopa, aunque vaya a existir la presión por ganarla por quinta vez.
El Valencia es uno de los grandes favoritos a levantar el título pero, pase lo que pase en las rondas finales, tiene 'asegurado' un mayor número de triunfos europeos por el camino, dado que el nivel de los rivales será inferior y, de rebote, también deberían llegar más en la acb, puesto que tendrá más tiempo y energía para prepararla.
La media de victorias del Valencia en las últimas tres temporadas que ha compaginado la acb con la Euroliga es el 56% mientras que el promedio de victorias que en las tres últimas campañas en las que ha jugado el campeonato doméstico y la Eurocopa ese porcentaje ha crecido hasta rozar el 70%. Y ganar siempre engancha.