El Valencia no arranca y, tras la derrota en el Reale Arena, sumará su sexta jornada en descenso en lo que va de Liga. Cinco puntos de 24 en las primeras ocho jornadas, cero puntos de doce como visitante y tan solo cinco goles anotados tienen la culpa de un Valencia que no va.
"Ya está bien. Hay que tener otra ambición, otra mentalidad... los jugadores, junto conmigo, tienen que dar un paso adelante", explicó el técnico del Valencia, Rubén Baraja, que ya se había mostrado muy crítico en la previa buscando una reacción que no llegó y que añadió que todavía queda tiempo por delante, "pero si después de 8 partidos estás ahí abajo, desde luego es porque lo mereces".
Y es que los cinco puntos de veinticuatro son el segundo peor inicio de la historia del Valencia, sólo superado por la temporada 1957-58, en la que el equipo valenciano hubo de disputar seis de sus primeros ocho partidos como visitante a consecuencia de la riada de octubre de 1957, que dejó inutilizado Mestalla.
Baraja buscaba confirmar el "cambio de dinámica" que, aseguraba, se había producido tras los cuatro puntos de seis conseguidos en Mestalla tras ganar al Girona y empatar al Osasuna en jornadas consecutivas. Pero nada más lejos de la realidad.
El Valencia suma un 58 % de derrotas fuera de casa en sus últimos noventa partidos a domicilio, una constante que se repite también este curso, en el que todavía no sabe lo que es puntuar fuera de casa, donde sólo ha anotado un gol en los cuatro partidos disputados.
Pero ya no es sólo no haber puntuado, sino la imagen mostrada como visitante. "Necesitamos sentir que estamos en un club muy grande. Entiendo la juventud, pero cuando estás en esta situación no se pueden consentir este tipo de errores. Es culpa nuestra donde estamos y tenemos que asumirlo y ser críticos. Si no dejamos de cometer estos errores, es muy difícil ganar en casa y fuera de casa", recalcó este sábado Baraja.
La realidad es que en tres de sus cuatro partidos fuera de casa, el Valencia ha recibido tres tantos. Ya ocurrió ante el Celta de Vigo (3-1), en el que el equipo valenciano se dejó remontar pese a haber empezado marcando, en el Metropolitano, donde el Atlético de Madrid (3-0) fue netamente superior pese al arreón al inicio de la segunda mitad, y este sábado ante la Real, donde se repitió el partido ante el Atlético.
Pero, además, la imagen tampoco mejoró en el Nuevo San Mamés, pues a pesar de que el conjunto de Rubén Baraja sólo se vio superado por uno a cero, el Valencia se quedó por primera vez en un lustro sin disparar a puerta en todo el partido, lo que confirma la falta de gol que tiene el equipo de Mestalla.
El Valencia sólo ha marcado cinco tantos en ocho partidos, y dos de ellos -en la única ocasión que el Valencia ha anotado dos tantos en un partido- llegaron de rebote, una mala dinámica anotadora que corrobora el hecho de que el conjunto valenciano se ha quedado sin marcar en cuatro de los ocho partidos.
Todo ello propicia que el Valencia viva ahora mismo el peor inicio goleador de toda su historia en Liga (en noventa temporadas en la máxima categoría del fútbol español) y un aviso de Baraja: "El resultado es muy abultado y nos tiene que doler muchísimo, pero sobre todo hacernos espabilar. Ya está bien de este tipo de situaciones. Hay que tener otra ambición y otra mentalidad".
Este Valencia, salpicado por el escándalo de Rafa Mir en este último mes, se reforzó este verano con jugadores que no eran titulares en sus equipos o que llegaban de Segunda División, pero aun así no dejó salir a ningún futbolista -pues Mamardashvili continúa aunque sea en calidad de cedido tras su traspaso al Liverpool- por lo que no perdió a ninguno de sus habituales en la pasada campaña.
Sin embargo, esa frescura del año pasado, en la que el Valencia terminó noveno y apenas sufrió para mantener la categoría, parece haber quedado muy atrás, mientras sigue aflorando una falta de confianza que bloquea a los futbolistas, al menos en estas primeras ocho jornadas.