Un sacristán ha aceptado este lunes una pena de dos años de cárcel por agredir sexualmente a una mujer que tenía una discapacidad del 66%. El condenado cometió los hechos en un cuarto próximo a la sacristía, a donde llevó a la víctima con la excusa de enseñarle cómo funcionaba la campanilla.
Así se ha acordado en un juicio por conformidad celebrado en la sección tercera de la Audiencia de València. No obstante, el condenado no entrará en prisión con la condición de que no vuelva a delinquir en los próximos tres años y que cumpla con el resto de medidas accesorias que le han impuesto.
Además, no podrá acercarse a la víctima ni comunicarse con ella a menos de 30 metros durante cinco años, y no podrá ejercer profesión u oficio que conlleve contacto con menores de edad durante los próximos siete años.
Del mismo modo, deberá indemnizar a la víctima con 7.000 euros cantidad que prácticamente ya ha abonado. El Arzobispado de València asume la responsabilidad civil subsidiaria.
Los hechos sucedieron el 24 de marzo de 2023, cuando el sacristán invitó a la mujer a un cuarto cerca de la sacristía con la excusa de enseñarle cómo funcionaba la campanilla. El condenado sabía que la víctima tenía una discapacidades intelectual del 66%.
Una vez en la sacristía le tocó con la mano el pecho presionándolo, los glúteos, y sus partes íntimas por encima de la ropa. La mujer quedó bloqueada y sin poder reaccionar --aunque sí le recriminó ' pero si esto es pecado'-- y esta situación le generó miedo, nerviosismo, rabia y enfado.