Abusar de un calzado que no ofrece una correcta sujeción sin haber preparado la musculatura intrínseca del pie (el core) se acaba convirtiendo en una de las principales causas de talalgias y fascitis en verano, informa el Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV).
Un calzado que confiere buena sujeción al pie sigue el movimiento del pie, y la musculatura intrínseca no tiene que hacer un trabajo "extra". Sin embargo, en verano con el uso de muchos tipos de sandalias, especialmente con las chanclas de dedo, "sucede todo lo contrario". El pie se siente más inestable, más libre y ha de hacer un trabajo mayor para seguir en contacto con el calzado, explica el podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV, Jorge Escoto.
Así, el experto apunta que el pie tiene una falta de entrenamiento y de repente tiene un actividad inusualmente intensa para la que no está preparado.
En este sentido, desde el ICOPCV se ha señalado que el calzado más indicado en verano es el que ofrezca buena sujeción al tobillo sin comprimirlo, esté configurado con materiales naturales, con una suela antideslizante y que soporte correctamente el peso sin deformarse. Sin embargo, el más inadecuado son las chanclas de dedo como calzado habitual porque no confieren ningún tipo de sujeción y sus suelas es habitual que estén confeccionadas en espuma plástica que se deforman mucha facilidad.